domingo, 26 de julio de 2009

Negocios encadenados

por Rodolfo Olivera

26.07.2009 | Los recursos dedicados (hasta ahora) al salvataje financiero en 2009, otorgados o prometidos a los Bancos, suman 8 billones 424.000 millones de dólares. Es decir, 903.000 millones de fondos gubernamentales, 661.000 millones para la compra de activos tóxicos; 1 billón, 380.000 millones en préstamos y más de 5,48 billones para garantizar las deudas. Lo que equivale a 1.250 dólares por cada habitante del planeta.

Esa es la primera parte del tema. La otra, la que está estrechamente ligada, es qué hacen los Bancos, los responsables directos de la debacle, con el dinero que les llega del alegre salvataje. Y claro, hacen la lógica: reinvierten en negocios “seguros”. Pues, bien, uno de los más seguros es financiar la compra y venta de armas. En efecto, los gastos militares aumentan progresiva y constantemente a nivel tan astronómico como los fondos presupuestarios destinados a rescatar activos tóxicos generados por pocos, para que los terminen pagando muchos.

Gran parte de esas enormes sumas se reciclan a través del comercio mundial de armas, de la misma manera que ocurrió con los petrodólares a fines del siglo XX. Factor predominante: la elevada tasa de concentración espacial de los recursos financieros dedicados a los planes de salvamento en los principales países que fabrican, exportan o consumen armamento.
El SIPRI (sigla en inglés del Instituto de Investigaciones sobre la Paz) es un instituto de investigación internacional independiente que trabaja sobre control de armamento, desarme y análisis de conflictos armados; creado y financiado por el Parlamento sueco, se lo considera la fuente más confiable en el tema a nivel mundial. De sus datos se puede recoger que los gastos militares vienen aumentando de manera constante desde 1998 (es decir, no es culpa del atentado a las Torres Gemelas), sumando para fines del año pasado 1 billón 339.000 dólares; el 45% corresponde a EEUU, seguido de Gran Bretaña, China y Francia, en ese orden.

Para el presupuesto de este año -elaborado por la Administración Bush antes de irse- se asignaron 604.000 millones de dólares a defensa, el más alto después de la II Guerra Mundial, superando los peores tiempos de la Guerra Fría (aclaremos: Obama no vetó, ni redujo un céntimo). Rusia, por comparar nomás, destinó 33.000 millones para el 2008 y China 46.700 millones de la misma moneda.

El caso ruso es particular, porque si bien es muy poco en relación a su viejo rival, el presidente Medvedev (con aval de su primer ministro y verdadero mandamás, Vladimir Putin) ya avisó públicamente que comienza un rearme a gran escala cuyas cifras se mantienen ocultas: “un Ejército moderno, bien adiestrado y pertrechado con novísimos armamentos, es la garantía de nuestra seguridad, y la condición básica del desarrollo de Rusia y su economía, y del bienestar de su pueblo” (Agencia oficial Ria-Novosti). El argumento justificador es el avance de la OTAN, intentando incorporar a Ucrania y Georgia, y acerando cada vez más su infraestructura a la frontera rusa. Como golpe de gracia a la tranquilidad mundial, Medvedev aclaró: “pese a las actuales dificultades financieras, debemos elevar cualitativamente la preparación y, en primer lugar, de las fuerzas nucleares estratégicas”.

Con China la situación no es mucho más amable, porque incluso se suma la hipocresía norteamericana de haber acusado a Beijing por su rearme, exigiéndole que “justifique” sus proyectos sobre el particular para “evitar incertidumbre” en la región. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China, a través del vocero Qin Gang, comenzó diciendo que bien haría Washington en salir de la “paranoica visión de Guerra Fría”, para desafiar con números, ofreciendo publicar al mundo el porcentaje de PBI afectado entre China y EEUU, y el saldo fiscal que implica para cada uno de ellos. Obama calló y cambió de tema, volviendo a la carga por los Derechos Humanos…

El informe SIPRI-2009 hace mención a las monumentales Ferias donde se presentan al mercado los más modernos adelantos en el ¿arte? de matar. La última fue en Estambul, Turquía, con expositores de 45 países. Del “calendario” de Ferias se encarga Canadá, quien ya presentó el programa hasta julio de 2010 con eventos en EEUU, Australia, Italia, Francia, Israel, Sudáfrica y Gran Bretaña (todos buenos fabricantes y/o compradores), y otros en el mismo Canadá, Dubai y Singapur (frecuentemente intermediarios).

Otro caso llamativo: Alemania. Dos guerras con escasos veinte años de diferencia entre una y otra, encima perdidas; un alto costo pagado para recuperar su mitad del Este, buen dinero aportado a la unidad europea, alto costo por la crisis financiera que le hizo perder la paciencia a Angela Merkel. Y ahora nos venimos a enterar que el Bundestag (Parlamento) aprobó miles de millones de euros para rearmar su ejército (sólo 3.000 millones son para tanques). El Ministro de Defensa, Franz Josef Jun, dijo a la prensa: “espero y deseo que la industria alemana de armas cumpla con el contrato y los tanques Puma puedan ser empleados en Afganistán”, a lo que uno humildemente podría preguntarse ¿qué tiene que hacer Alemania en Afganistán? A pregunta tonta, respuesta obvia: cumplir con compromisos con los EEUU que, a su vez, cumplen sus compromisos con el Complejo Industrial Militar.

Ojo, así como compran, venden: el “Rundachau” de Frankfurt anunció que la comercialización de pistolas, revólveres y rifles alemanes creció 650 millones de dólares (alcanzó récord de 1.600 millones exportados). En esa línea aumentaron sus ventas Italia, Austria, Brasil y China (veinte veces ésta última). Rusia se negó a dar cifras. Las ganancias crecieron en proporción geométrica. Definitivamente es tal cual lo presentan, un negocio “seguro” como para invertir. Eso sí, no aprendimos nada.

¿Y por casa cómo andamos? No mucho mejor, salvando las proporciones. Venezuela compró 24 cazambobarderos rusos Sukhoi, 60 helicópteros de ataque, y encargó 3 submarinos misilísticos. Eso después de los cien mil fusiles AK 103 “para sostener a las milicias populares”, Chávez dixit.
Chile ya recibió 28 cazabombarderos F-16 de EEUU; y Holanda dos submarinos españoles, tres fragatas misilísticas británicas y 120 tanques alemanes. Una señal para su díscolo vecindario del norte (Perú y Bolivia). Colombia aumentó en cien mil hombres su ejército regular, los reequipó (material norteamericano) y renovó su flota de combate aéreo (aviones Kfir, israelíes). Brasil desarrolla su propio submarino nuclear, compró cazas Rafaele a Francia; en volumen, es el proyecto de defensa más ambicioso del continente. ¿Guerra? No, no hay. ¿Hipótesis de ella? Dicen que tampoco. Todo es por las dudas.

Permítaseme una última idiotez de las que soy digno representante: para alcanzar los objetivos del Milenio, de los que se habla en toooodas las Cumbres, bastarían 80.000 millones de dólares (14% del presupuesto sólo de los EEUU). Eso implicaría atajar catástrofes ambientales, ofrecer agua potable a los carenciados y salvar la vida de mil millones de niños menores de cinco años de aquí al 2020 (cifras de ONU).

No lo diga. Piénselo si quiere, pero no lo diga que bastante tengo yo conmigo mismo.

http://www.noticiasyprotagonistas.com/noticias/21891-negocios-encadenados/

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