lunes, 28 de abril de 2008

Habla Cristian Kosh, responsable de Acnur para Sudamerica


El representante de la comisión de la ONU señala que intentan atender a los 33 millones de refugiados en 120 países. Según Kosh, el problema más serio lo tiene Medio Oriente, dado que recibe a los desplazados de la guerra de Irak.



Proteger refugiados es una profesión tan compleja como peligrosa. Cristian Kosh Castro lo sabe porque es responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en el Cono Sur, pero también porque presenció más de una guerra y en una de ellas casi pierde la vida. Con el pasar de los años y el resurgimiento de conflictos armados, la comisión creada por la ONU para atender los efectos devastadores de la Segunda Guerra Mundial pasó a proteger a unos 33 millones de refugiados dispersos en más de 120 países. “El conflicto no sólo no terminó, sino que creció”, dijo Kosh en entrevista con Página/12. Sin embargo, el drama no afecta a todos por igual. En general, los países que más sufren el drama son aquellos ocupados por otras potencias y los que se fugan suelen ser sus habitantes más pobres. “En caso de conflictos bélicos el causante de los refugiados es un agente exterior”, aseguró el responsable de Acnur, que participó meses atrás en el Foro Especializado Migratorio del Mercosur.

–¿En qué consiste el trabajo de Acnur?

–En la protección internacional de personas que, debido a un temor fundado de persecución por motivos políticos, religiosos o sociales, no son protegidas en su lugar de origen y tienen que salir.

–¿Por qué surge este organismo?

–El Alto Comisionado fue creado temporalmente por la Asamblea General de la ONU después de la Segunda Guerra Mundial para ayudar a aquellas personas desplazadas por la guerra, y estaba circunscrito a Europa. Pero la historia demostró que el conflicto no terminó, sino que creció y se distribuyó en el planeta, a la par de los movimientos de liberación coloniales en el Africa, la Guerra Fría, las dictaduras en Sudamérica, las guerras civiles en Centroamérica en los ’80, los Balcanes, la guerra de los Grandes Lagos (Africa) y los eventos previos a la guerra en Irak.

–¿Cuál es el panorama hoy?

–Atendemos cerca de 33 millones de refugiados (una cifra que aumentó en las últimas décadas) y estamos presentes en más de 120 países. Yo soy representante regional en Sudamérica y cubro cinco países: Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia. La oficina regional que está en Argentina creció en la década de los ’70 y ’80 para proteger a las víctimas de la persecución política de las dictaduras de turno.

–¿Cuáles son los principales conflictos que hoy generan refugiados?

–La situación más seria es en Medio Oriente. Como producto de la guerra de Irak, hay dos millones de refugiados iraquíes huyendo fundamentalmente a los países vecinos: Jordania, Siria, Líbano y Egipto. Y hay otros dos millones de iraquíes desplazados dentro del país. La situación del Chad, en Africa, también es grave. Allí son cientos de miles los refugiados. Por último, la guerra en Afganistán desplazó gran cantidad de afganos hacia Pakistán. En América latina, Colombia es el mayor problema de desplazamiento, tanto a nivel interno como externo, y afecta a los países del Cono Sur. El desplazamiento interno colombiano se estima que es de tres millones de personas.

–¿Acnur considera que los estados que inician acciones bélicas son los responsables de que haya refugiados?

–Eso está más allá de nosotros, pero es evidente que en caso de conflictos bélicos el causante de los refugiados es un agente exterior. Tiene una correlación directa.

–¿Cómo se financia el Alto Comisionado?

–Con colaboraciones voluntarias de entidades privadas, pero los contribuyentes más importantes son los gobiernos de Estados Unidos, Japón, la Unión Europea y los países escandinavos.

–¿No es una contradicción que muchos países ayuden a los refugiados al mismo tiempo que provocan guerras o invaden otros países?

–No, porque nuestra labor es fundamentalmente humanitaria y apolítica. Trabajamos con todos los gobiernos de la comunidad internacional.

-¿Qué fue lo que más le impactó?

–Timor Oriental. Allí trabajé como jefe de la oficina cuando fue el referéndum en 1999 y hubo graves enfrentamientos civiles. Los milicianos a favor de la ocupación de Indonesia no querían irse de ese país y la misión de Acnur de la que era parte estaba rodeada de francotiradores. Cuando salí de mi oficina, una patrulla militar me dejó por error en un barrio plagado de milicianos armados y allí corrí peligro. Me puse contra una pared y cerré los ojos... Cada vez es más riesgoso. En 2003 pusieron una bomba en oficinas de la ONU en Irak y murieron 40 personas. Al Qaida dijo que las Naciones Unidas eran un objetivo válido por ser aliadas de Estados Unidos e Israel.

Entrevista: Juan Manuel Barca.
www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-103202-2008-04-28.html

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