lunes, 7 de diciembre de 2009

GUERRA CIBERESPACIAL: UNA NECESARIA VOZ DE ALERTA

El Ciberespacio es “un nuevo ambiente de batalla” en el escenario global, nos vino a decir a Chile el director para Política y Estrategias de Seguridad Cibernética e Informática(UA)( del Pentágono, Mark Hall, notificándonos del nuevo teatro de operaciones establecido por Estados Unidos para su estrategia bélica global.

Lo cierto, como lo comentamos en una nota anterior, es que la misión de Hall, en Chile y otros países de la región, fue intentar comprometer a las Fuerzas Armadas y si fuera posible a los Gobiernos, en apoyar esta estrategia belicista, intimidando, y sobre todo despertando viejos prejuicios y recelos.

Un detalle de la conferencia dictada por el enviado estadounidense es que explicó uno de los episodios utilizados en el mundo castrense para argumentar la necesidad de acciones bélicas decididas de estados Unidos y sus aliados en el ciberespacio.

De acuerdo a la versión oficial estadounidense, en el 2007, Estonio, el país báltico, ex integrante de la Unión Soviética, en la frontera noroccidental de Rusia, y hoy socio privilegiado de la OTAN, “sufrió” un ciberataque “insidioso, rápido y difícil de rastrear”, negándoles el servicio a los usurarios estonios de informática por más de tres semanas.

“Casualmente” , ello se produjo cuando se desarrollaba en Seatle, Estados Unidos la Conferencia de Seguridad Cibernética de la OTAN. En medio de la expectación, y en un acto casi teatral, la delegación de Estonia denuncio que está siendo objeto de un ataque cibernético de una magnitud inusitada, un acto de guerra que cuyo origen, suponían, estaba en los servicios correspondientes de su gran vecino: Rusia.

El resto del libreto es familiar para quienes tienen memoria: La decisión de la OTAN es crear en Estonia un Centro de Excelencia para la guerra cibernética una estación de la OTAN”como se dejo, “en la primera línea de defensa contra ciber- terrorismo".

Con claridad lo escribió, además, el General de División, William T. Lord, en la revista Air and Space Power Journal, a propósito de las misiones del Comando Ciberespacial de la Fuerza Aérea de Estados unidos (USAF), encargado de la guerra en este campo

“Somos una nación en guerra. Nuestras fuerzas armadas están involucradas en una lucha contra grupos e individuos que siguen una ideología que tiene entre sus principios fundamentales una hostilidad hacia nuestro pueblo, nuestras creencias y nuestros valores”. indicó, detallando la estrategia y definiendo al “enemigo”.

Tras apuntar contra Al-Qaeda, y recordar el episodio de Estonia, el general Lord escribe: “los infiltradores del ciberespacio rutinariamente intentan penetrar las redes del departamento de Defensa, gubernamentales, económicas e industriales para lograr el acceso a información que podría ser vital para las actividades en esos campos”.

“Las ventajas que esos adversarios logran a través del ciberespacio les da la capacidad de representar amenazas graves, sino fatales, a nuestra patria”.

El militar estadounidense reconoce que ya en el 2006 el documento clasificado titulado National Military Strategy for Cyberspace Operations (Estrategia Militar Nacional para las Operaciones Ciberespaciales), normaba las tareas y objetivos que ya venían siendo estructurados desde hace años.

Definiendo la realidad bélica que enfrentaría Estados Unidos, como “guerra irrestringida”, anota que “la única manera de garantizar que nuestra superioridad en el aire y en el espacio permanezca segura es defendiendo nuestras capacidades ciberespaciales y mantener a nuestros enemigos en riesgo, viviendo y luchando virtualmente en éste ámbito”.

Los “guerreros ciberespaciales” de Estados Unidos, según el general Lord, tienen que proteger el ciberespacio “para enfrentar los retos que el ciberespacio presenta para proteger nuestra capacidad de lograr nuestras metas nacionales y para ofrecerles seguridad a nuestros socios, aliados y a nosotros mismos”.

Hay quienes hablan, incluso, de un gigant4esca red de 1.7 millones de computadores integrantes de una “red zombis”, con capacidad de desatar un ataque simultáneo, el mayor acto de sabotaje cibernético visto hasta ahora, y que entraría en acción con un la presión de un solo dedo, de un operador solitario y desconocido, sobre un comando de activación.

De manera que estamos advertidos. Estados Unidos está en guerra también en el ciberespacio.

Frente a esta situación objetiva la comunidad internacional debe definir una actitud y garantizar que el Derecho Internacional, los organismos multilaterales como Naciones Unidas impongan la seguridad y la paz, también en este bien común de la humanidad que es el ciberespacio.

Se trata de un espacio, de unas capacidades científicas, de una perspectivas, que es necesario defender, tanto como el medio ambiente, como la biodiversidad, el agua, el aire. el espacio y la vida del hombre.

Es un tema de la agenda global, como el hambre, las pandemias, que es preciso poner sobre la mesa de la discusión.

Se trata de impedir la carrera armamentista en el ciberespacio, de desarmar las redes, de evitar que instalen códigos maliciosos que pueda ser activados remotamente, la prohibición de ataques a quienes están fuera de los combates, la prohibición de operaciones encubiertas, engaños, para evitar las provocaciones.

Se necesita entonces de un código de conducta global, que garantice el desarme, impedir la carrera armamentista, o por lo menos, establecer un control de armas, en el ámbito ciberespacial.

Por Marcel Garcés. Periodista. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.

Santiago de Chile, 30 de noviembre 2009
Crónica Digital

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