jueves, 19 de febrero de 2009

Agricultura brasileña se adapta al cambio climático

Por MARCO SIBAJA

BRASILIA—Los científicos brasileños están recurriendo a la biotecnología para adaptar su producción a las condiciones cambiantes del tiempo y evitar que el calentamiento global no produce fenómenos como esos. O, en todo caso, que Brasil está preparado para hacerles frente.

El efecto invernadero derivado de las emisiones de gases genera consternación en Brasil, una de las grandes potencias agrícolas mundiales y un importante proveedor de alimentos. Por ello, la comunidad científica brasileña ha comenzado a anticipar los posibles impactos del cambio climático en el país más grande de América Latina.

"Vemos varios factores que pueden impactar la agricultura: aumento de temperatura, ampliación de áreas áridas, más zonas propensas a inundaciones y alteraciones en los patrones de plagas y enfermedades", explicó a la AP el científico Francisco Aragao.

El experto de la Empresa Brasileña de Pesquisas Agropecuarias (Embrapa), organismo estatal con sede en Brasilia, tiene estudios avanzados para adaptar variedades de soja y frijol a las condiciones climáticas que se anticipan con la tendencia del calentamiento global.

La crisis económica mundial ya redujo los precios de muchos productos alimenticios y el cambio climático agrega otro elemento alarmante. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones

Unidas pronostica un aumento de entre dos y cuatro grados centígrados en las temperaturas en los próximos 20 años, que podría ser incluso superior en el Amazonas.

"Si se mantienen las condiciones actuales, la producción de alimentos está amenazada", alertó Eduardo Assad, investigador de Embrapa en Campinas, en el interior de Sao Paulo.

Assad elaboró un estudio sobre el impacto del cambio climático en la agricultura junto a estudiosos de la Universidad de Campinas, que advirtió sobre el peligro de que las zonas áridas del noreste de Brasil se amplíen y perjudique especialmente a la agricultura familiar.

El estudio anticipa que en el caso del café arábiga, que abarca 2,3 millones de hectáreas con una producción de 2,57 millones de toneladas en 2006, habrá una pérdida de casi un 10% en el área cultivable para el 2020, y del 33% para el 2070 a causa del calentamiento del planeta.

Ante ello, el cultivo del grano, del que Brasil es el principal productor mundial, podría emigrar al estado austral de Río Grande do Sul o incluso a Argentina, en busca de áreas más altas en los Andes.

El estudio prevé una pérdida de un 20% en cultivos de soja en el 2020, mientras otros cultivos como frijol, maíz, girasol y algodón están en peligro de sufrir pérdidas similares como consecuencia del aumento en la temperatura.

El estudio recomienda, además de medidas de mitigación para frenar el cambio climático, adaptación de la agricultura a las nuevas condiciones.

Al respecto, Francisco Aragao explicó que el primer paso fue estudiar plantas resistentes a climas áridos para aislar los genes que les permiten subsistir en condiciones adversas e insertarlos a cultivos de alimentos.

"Ya aislamos varios genes, después tuvimos que buscar reguladores para esos genes porque pueden tener efectos negativos en la planta receptora del gen", indicó Aragao.

Los estudios rindieron frutos inicialmente con dos genes que se adaptaron a la soja, funcionando como un interruptor: cuando llueve, la planta funciona normalmente, y en condiciones secas, se activa el gen que le permite sobrevivir sin agua.

Este año se tiene previsto llevar los cultivos a plantaciones experimentales donde serán plantadas en condiciones controladas de irrigación, lo que permitirá determinar la productividad de la planta.

Con el frijol, que también está siendo sometido a los mismos experimentos, hasta ahora no han tenido resultados positivos.

"Ningún país está preparado para enfrentar el cambio climático, lo que estamos haciendo en Brasil es adaptarnos para anticipar lo que vendrá", dijo Assad. "Estamos trabajando en esto desde hace unos dos años, vamos a necesitar de cinco a 10 años para estar preparados".

El investigador estadounidense Nelson Gerard, del Instituto Internacional de Investigación en Política Alimentaria (Ifpri), consideró que el cambio climático es una realidad y los países deben comenzar a prepararse de inmediato.

"Apenas estamos comenzando a ver los efectos del cambio climático, debemos ver los cambios en unos 10 o 20 años", comentó. "Si quiere hacer investigación agrícola para hacerle frente, hay que empezar ya".

En ese sentido, citó a Brasil y a China como los países emergentes que más se están preparando para los cambios. Gerard destacó variedades de arroz y algodón desarrollados en China para resistir el calentamiento global.

En el caso de América Latina, el experto insistió en la necesidad de recuperar la inversión en investigación agrícola y en infraestructura, particularmente en irrigación.

"América Latina tiene la oportunidad de prepararse para el cambio climático con una inversión en irrigación, que es una buena estrategia de mitigación porque si se dan cambios en los patrones de lluvia, se necesitará mayor capacidad de administrar las fluctuaciones en la lluvia", consideró Gerard.

Agregó que Brasil está en una posición más favorable que otros países latinoamericanos, donde ha declinado el nivel de inversión en investigación agrícola y en irrigación.

"Brasil está mejor que otros países en América Latina. El hecho de que tiene un robusto sector de investigación en agricultura productiva es una señal positiva, además de que ha hecho un mejor trabajo en materia de infraestructura para aumentar la productividad agrícola", dijo Gerard en una entrevista telefónica.

http://www.elpasotimes.com/spanish/ci_11731018

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