Así lo asegura el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Jaime Potti, que lleva 23 años estudiando en La Hiruela, en la sierra de Madrid, las condiciones de vida del papamoscas cerrojillo (’Ficedula hypoleuca’), un ave forestal migratoria, cuyos huevos han ido disminuyendo de tamaño paulatinamente en los últimos 16 años, coincidiendo con el aumento de las temperaturas.
A pesar de que con temperaturas más altas los huevos de las aves insectívoras pueden formarse en mejores condiciones, ya que los insectos que sirven de alimento a estas aves son más abundantes y activos en regiones y épocas cálidas, el problema del papamoscas cerrojillo es que no ha sabido adaptar su ciclo migratorio a los cambios climáticos.
Esta especie acaba criando en épocas más cálidas de lo normal y que no le son óptimas, lo que ha reducido el éxito reproductivo de esta ave migratoria en las dos últimas décadas.
Por Acciónatura.
Guardado en: Biodiversidad y Patrimonio Natural
| 6 de Junio de 2008
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