Un tornado (del latín tornare, girar) es un fenómeno meteorológico que toma forma como un torbellino violento de aire que gira sobre sí mismo, en forma de cono invertido, que cuando toca el suelo va succionando todo lo que encuentra a su paso con un alto poder destructivo. Tiene una corta vida, pasando de segundos a minutos, pero los intensos vientos que genera en su interior, que pueden girar de los 80 hasta los 300 ó 400 kilómetros por hora, lo convierten en un enemigo voraz.
El tornado se origina en condiciones de gran inestabilidad, lo que implica aire cálido y húmedo en las capas bajas de la atmósfera y frío y seco en los niveles medios y altos, circunstancias que se producen en borrascas como la que ha barrido la península el fin de semana.
Muchas de estas borrascas, acompañada de fuertes vientos, arrastran lo que los meteorólogo define como «supercélulas», que son estructuras con gran inestabilidad en la que se dan movimientos de vientos ascendentes y descendentes, que provocan lluvias intensas, granizos, rayos y, a veces, algún tornado. Cuando estos fenómenos tienen lugar en zonas rurales pasan casi desapercibidos, pero cuando ocurren en áreas pobladas la destrucción que causan son motivo de gran alarma ya que destruye todo lo que toca. Este fenómeno se registró en Málaga mientras llovía y se registraban fuertes rachas de viento que alcanzaron los 79 kilómetros por hora.
La inquietud provocada por el tornado en Málaga está más que justificada y ello pese a que, en la categoría en la que se mide su fuerza, la escala «Fujita-Pearson», apenas alcanzara la F1, considerada como moderada ya que los vientos que giraban en su interior pudieron alcanzar entre los 117 y los 180 kilómetros por hora. La fuerza máxima que pueden alcanzar estos fenómenos puede ser de F6, lo que supone velocidades del viento muy superiores a la registrada en el de Málaga.
Los tornados —que no deben confundirse con los huracanes, de dimensiones mucho mayores— suelen tener un radio de decenas a centenas de metros y se mueven con lentitud (entre los 10 y los 20 kilómetros por hora), aunque sólo dejan destrucción tras de sí.
http://www.abcdesevilla.es/20090203/andalucia-actualidad/supercelula-lugar-tornado-200902030104.html
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