lunes, 25 de agosto de 2008

Georgia y la OTAN: un conflicto mal contado

por xose luis barreiro

Usando su diplomática ironía, las autoridades rusas están respondiendo a todas las cuestiones sobre la guerra de Osetia con frases literales que acuñaron Bush y Solana en el conflicto con Serbia, en las guerras de Irak y Afganistán y en sus chulescas relaciones con Irán. Cuando se le pregunta a los militares rusos a qué fueron a Georgia, la respuesta es: «A hacer nuestro trabajo». Si el problema se centra en la soberanía de Georgia, la contestación es aún mejor: «Las fuerzas rusas entraron en Georgia en misión de paz». Y si la pregunta se refiere a la integridad de Georgia y a su derecho a controlar a la secesionista Osetia, los rusos se tronchan de risa, y le dicen a nuestros corresponsales que vayan a Kosovo a hacer un curso de verano sobre el tratamiento que le da la OTAN a la secesión de sus satélites.

Cuando leo las crónicas de la guerra echo de menos que las firmen en Babia. Y no entiendo que sigamos contando la realidad del mundo a nuestra medida y conveniencia. Los que estuvieron en Serbia y Kosovo, y lo entendían casi todo, no entienden ahora casi nada. Los que cantaron el audaz bombardeo de Belgrado a manos de la OTAN, se escandalizan de que los rusos aparten con blindados los obstáculos del camino. Los que tragan con Guantánamo, con los vuelos de la CIA, con los vetos USA y con la atrabiliaria política exterior europea, se llaman a andanas cuando la que veta es Rusia. Los que comprenden la desolación sembrada en Irak, la corrupción que rige su reconstrucción y su Gobierno, los «efectos militares colaterales» y las torturas y asesinatos de Abu Grahib, nos cuentan horrorizados el exilio de Gori. Y los que, olvidando masacres como la de Kandahar y Shindand, y le llaman operación de paz a la cruel guerra de Afganistán y a la implantación de un narcogobierno títere, se enternecen al ver cómo los georgianos discuten con los rusos y los conminan a volver a casa.
Ya sé que una guerra no justifica otra. Pero también sé que la violencia engendra violencia, y no estoy dispuesto a montar una estúpida moral eurocéntrica -nosotros los buenos y los rusos los malos- para justificar la estrategia militarista que, impulsada por Bush y la OTAN, está sembrando guerras por todas partes. Los occidentales aún creemos que podemos justificar y ganar todas las guerras a base de definirlas, y por eso nos hemos apartado del camino de la paz y del derecho que auspiciaba la ONU. Lo que estamos cosechando en Georgia son respuestas a nuestro creciente intervencionismo y frutos serodios de la guerra contra el terror. Y si los europeos seguimos así, comulgando con ruedas de molino, pronto tendremos un conflicto generalizado, incontrolado, fronterizo? y perdido.

http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2008/08/25/0003_7086081.htm

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