domingo, 15 de junio de 2008

El cambio climático y las guerras del futuro

Los efectos del cambio climático podrían provocar conflictos a escala global tan graves como las dos guerras mundiales pero de mayor duración, según un reciente estudio del Royal United Services Institute, un destacado 'think tank' británico especializado en cuestiones militares. Su informe vaticina que el calentamiento global provocará un cambio en el mapa geopolítico, obligando a ciertos países a reconsiderar sus intereses nacionales y a cambiar los vínculos actuales. Otros, los subdesarrollados, serán incapaces de enfrentarse al calentamiento global por la escasez de agua y la crisis de alimentos.

“Nos estamos preparando para un coche bomba, no para el 11 S”, afirma Nick Mabey, autor del estudio. Advierte que las respuestas actuales ante las amenazas del cambio climático son "lentas e inadecuadas" porque los gobiernos no se están preparando para el peor de los escenarios posibles.

Mabey, ex miembro del Grupo Estratégico del Primer Ministro Británico, señala que si el mundo quiere evitar las peores consecuencias del cambio climático debe multiplicar por diez los gastos anuales en investigación energética, hasta alcanzar los 20.000 millones de dólares.

"Si el cambio climático no se alivia y sobrepasa el límite medioambiental, será el propulsor de conflictos entre distintos países y dentro de ellos. (...) El suministro de energía, por ejemplo, dependerá cada vez más de alianzas con otros grandes consumidores, como China, para desarrollar y utilizar nuevas tecnologías, y menos de las relaciones con países productores de petróleo", afirma.

Los efectos económicos

El informe del RUSI sale a la luz poco después de que Lord Stern, ex economista jefe del Banco Mundial, haya reconocido que subestimó las consecuencias económicas del fenómeno en la valoración que realizó en 2006 para el Gobierno británico.

Además, el impacto del cambio climático empeorará las condiciones de vida en los países subdesarrollados, especialmente en aquellos en los que ya hay una guerra en curso o inestabilidad política. Sus peores consecuencias provocarán un alto riesgo de que estalle un conflicto armado en 46 Estados, lo que significa una población total de 2.700 millones de personas, según un estudio de International Alert. Su mapa sitúa las zonas de riesgo en el sur de Asia, casi toda África -incluido Marruecos y Argelia- o Sudamérica. Mientras, otros 56 países deberán superar graves crisis internas.

No obstante, para otros analistas, este enfoque requiere algunas consideraciones. El último anuario sobre conflictos de la Escola de Cultura de Pau señala que la correlación entre escasez de recursos y conflictos no está probada: "Aunque es un elemento presente (...) su carácter esencial lo convierte en fácilmente instrumentalizable en base a componentes políticos, identitarios o religiosos".

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