jueves, 26 de junio de 2008

Las crisis convergentes de los alimentos y del agua

Morir de hambre, morir de sed
jo-shing yang
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En los últimos meses, crisis alimentarias y disturbios por alimentos en todo el mundo han dominado los titulares de los periódicos y capturado la atención de los medios de información y de los dirigentes políticos del globo. Aumentos de precios de los alimentos y de las materias primas hunden a unos mil millones de personas en todo el mundo cada vez más profundo en la pobreza y las llevan al borde de la desnutrición e incluso la inanición – forzando a esas masas de gente angustiada a protestar en las calles.

Por fin los dirigentes del mundo están prestando atención al sufrimiento de los crónicamente pobres y hablan ahora de ‘crisis alimentarias’ que hacen estragos en las vidas de los desesperadamente pobres. A estas alturas, la mayoría de la gente sabe que los motivos para los mayores precios de los alimentos son los mayores precios del petróleo (que afectan a los insumos agrícolas basados en el petróleo, tales como fertilizantes, pesticidas), mayores precios del transporte de alimentos, el desvío de maíz y otros productos agrícolas para producir etanol y otros biocombustibles; más demanda de alimentos de la clase media emergente de China e India (y sus deseos de subir por la cadena alimentaria, de comer más carne, huevos, y productos lácteos), y sucesos climáticos extremos asociados con el calentamiento global. Poca gente ha asociado la escasez de alimentos con la escasez de agua – es decir, aparte de unos pocos artículos escritos por analistas y expertos en agua (por ejemplo, la relación establecida por Fred Pearce entre la escasez de agua y las crisis alimentarias).

Después que los grandes bancos de inversión y especuladores de Wall Street han hecho subir los precios de alimentos, petróleo y otras materias primas, están apuntando al próximo recurso de importancia: el agua. Goldman Sachs insta a los inversionistas a concentrarse en el sector de alta tecnología de la industria global del agua de 425.000 millones de dólares, porque el agua es el “petróleo del próximo siglo.” Áreas potenciales de inversión para Wall Street incluyen a los fabricantes o prestadores de servicios de equipos de filtración de agua, desinfección ultravioleta, tecnología de desalinización basada en membranas, medidores de agua automatizados, y otros nichos especializados en la reutilización de aguas servidas (The Telegraph, 6 de junio de 2008). Goldman Sachs también publicó una gráfica llamada “Mayor rendimiento del sector del agua en relación con S&P 500,” mostrando tendencias de 2000 a 2008 en las que el índice del sector del agua subió a 400 mientras S&P 500 se quedó en, o por debajo de, el nivel de 100 (valores rebasados a 100).

Existe una crisis convergente en ciernes de los alimentos y del agua, con ocho tendencias extremadamente inquietantes e interrelacionadas en el agua, como sigue:

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Calentamiento global: fenómenos climáticos extremos y sus consecuencias destructivas, inseguridades climatológicas, y volatilidades en las precipitaciones.
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Baja del agua subterránea y de los acuíferos en todo el mundo debido al crecimiento de la población, al aumento y derroche en la irrigación agrícola, y la contaminación, en gran parte irreversible, de las aguas subterráneas.
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Aumento de la contaminación de las aguas superficiales en todo el mundo, lo que hace que el agua subterránea sea inutilizable sin un tratamiento sustancial (incluyendo un aumento global en el uso químico, de productos químicos agrícolas a químicos industriales y productos para el hogar).
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Privatización, corporatización y globalización de los recursos acuíferos (la así llamada apropiación del agua por grandes intereses corporativos multinacionales)
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El derrumbe de la infraestructura para el agua, pobre administración del agua por municipalidades, y falta de inversión pública en el agua y en el tratamiento de las aguas servidas en todo el mundo.
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La inflación global de los precios de las materias primas y sus efectos sobre el agua municipal y el tratamiento de aguas servidas en todo el mundo.
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La creciente demanda de agua para la agricultura debida al deseo del consumidor de recibir alimentos que requieren uso intensivo de agua en la cadena alimentaria (por ejemplo, carnes, huevos, y productos lácteos). Se ha calculado que el suministro total de carne en el mundo fue de 71 millones de toneladas en 1961 y de 284 millones de toneladas en 2007... y sigue aumentando (New York Times, 2008).
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La disminución y el debilitamiento de las regulaciones y de los controles medioambientales de los gobiernos para encarar el problema de la contaminación, lo que significa que el tratamiento del agua contaminada para que sea potable y utilizable en la agricultura será costoso.

Según la región bajo estudio, cualquiera, o una combinación, de estos factores afectará los suministros, la entrega, y en tratamiento de agua fresca en los próximos años. También afectarán a la producción agrícola y de alimentos para miles de millones de personas en todo el mundo. Basta la concentración en solo dos factores de calentamiento global y de la disminución de acuíferos, como sigue, para darnos suficientes preocupaciones sobre la sostenibilidad y el futuro de la producción agrícola.

Algunos hechos:

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Para producir una tonelada de trigo, se necesitan 1.000 toneladas de agua. La producción de pollos requiere aproximadamente 32 veces más agua que el cultivo de la misma cantidad de trigo; la ratio de cerdos a trigo es de 65:1, y la de vacunos a trigo es algo entre 100:1 y 200:1.
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En 2015, casi la mitad de la población del mundo, más de 3.000 millones de personas, vivirá en países que sufren de “estrés acuático” y tienen acceso a menos de 1.700 metros cúbicos de agua per capita por año, según la CIA. En 2001, la CIA también predijo que aproximadamente un 80% del agua es asignada a la agricultura en los países en desarrollo, una proporción insostenible, y en 2015, muchos países no podrán mantener sus niveles de agricultura irrigada – resultando en una profunda reducción de la producción agrícola. Ya estamos viendo actualmente esa tendencia en China e India.
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A comienzos de 2008, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó un mapa bastante sombrío de la irrigación del mundo para ilustrar retiros insostenibles de agua en todos los continentes.
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En todo el mundo, se estima que 4.400 niños bajo cinco años mueren cada día debido al consumo de agua sucia y pobres condiciones de higiene, y que la diarrea mata cinco veces más niños cada año que VIH/SIDA, según Naciones Unidas. Con la próxima crisis del agua, se esperan tasas significativamente más elevadas de mortalidad infantil en todo el mundo.

El agua es la base de la agricultura – no sólo en el cultivo de alimentos, sino también en su elaboración. El agua es el fundamento de las ciudades modernas y de sistemas de saneamiento urbanos – desde nuestra fontanería doméstica hasta plantas centralizadas de tratamiento de aguas servidas. El agua es la base de las industrias y de la manufactura. El agua sustenta la naturaleza, la fauna y la flora. En esencia, la humanidad puede vivir sin petróleo – aunque de manera más primitiva – pero no puede sobrevivir sin agua. A pesar de su importancia, el tema del agua ha sido integrado con poca frecuencia en nuestras discusiones de las crisis alimentarias, excepto cuando hablamos brevemente del calentamiento global y de las sequías extremas que afectan a las regiones donde hay cultivos. Entrevistada por el New York Times (2 de junio de 2008), Barbara Helferrich, portavoz del Directorado del Medioambiente de la Unión Europea, dijo: “El agua será el tema ecológico de este año – el problema es urgente e inmediato. Si ya hay escasez de agua en la primavera, se sabe que va a ser un verano realmente malo.” Un escritor sobre el medio ambiente basado en el Reino Unido, Fred Pearce, escribió recientemente que la escasez de agua es una causa importante para las fallas en la producción agrícola que resulta en escasez de alimentos: por ejemplo: Ucrania, Australia, China, India, y Egipto han estado agotando sus ríos y aguas subterráneas hasta el punto que los agricultores ya no pueden irrigar sus cultivos – por lo tanto, la producción agrícola será reducida. El conocido analista Lester Brown ha estado prediciendo que la escasez de agua agravará aún más la escasez de alimentos en numerosos países.

Goldman Sachs anunció que el agua será el “petróleo del próximo siglo”

Por lo tanto tenemos que preguntar; ¿qué hay respecto al agua en medio de esta precaria economía global y la creciente fragilidad del mundo natural? ¿Cómo afectará la escasez y la volatilidad del suministro de agua a la producción de alimentos y a las crisis alimentarias? Una similitud entre el petróleo y el agua es la de la disminución del suministro y el rápido crecimiento de la demanda. Con la escasez, aparecen conflictos y guerras – este punto lo dejó en claro el libro de Michael Klare publicado en 2002 “Resource Wars” [Guerras por recursos]. Además, muchos otros analistas – desde los que trabajan para la CIA a los de Naciones Unidas y de la revista Forbes – han predicho hace tiempo que el agua es el principal recurso por el que las naciones irán a la guerra. El príncipe heredero holandés Willem-Alexander fue el anterior presidente del Foro Mundial del Agua en 2001; también es el nieto mayor del príncipe Bernardo de Holanda, fundador del grupo elitista, altamente secreto, llamado los Bilderberg en los años cincuenta; su madre, la reina Beatriz, es también miembro de los Bilderberg y principal accionista de Royal Dutch Shell. El antiguo Secretario General de la ONU, Boutros Boutros-Ghali también dijo: “El agua será más importante que el petróleo en este siglo” y que el agua es el próximo petróleo por el que las naciones librarán guerras. El difundo senador estadounidense, Paul Simon dijo: “Las naciones van a la guerra por el petróleo, pero hay sustitutos para el petróleo. ¿Cuánto más difíciles de resolver podrán ser guerras que sean libradas por el agua, un recurso aún más escaso para el que no hay sustituto?”

El vínculo entre el agua y los alimentos es evidente: sin agua, no puede haber una agricultura irrigada. Según el Telegraph en junio de 2008: “Una escasez catastrófica de agua podría ser una amenaza aún mayor para la humanidad en este siglo que los aumentos de los precios de los alimentos y el agotamiento implacable de las reservas de energía, según un panel de expertos globales en la conferencia ‘Los cinco principales riesgos’ de Goldman Sachs.”

Es ampliamente conocido que el genocidio en Darfur ha sido agravado por la competencia por recursos de agua y tierra entre nómadas árabes y agricultores africanos ya que sequías inducidas por el calentamiento global agravaron la desertificación en el norte de Darfur durante dos décadas. ¿Veremos en el futuro cercano, “disturbios por agua” y “guerras por agua” – o incluso genocidios y conflictos que se enmascaran como étnicos/tribales o religiosos cuando el conflicto real estalló por el agua? ¿Qué debiera preocuparnos y qué deberíamos hacer ahora para prevenir las crisis futuras por el agua? Concentrémonos en dos crisis inquietantes por el agua, la del calentamiento global y la de los acuíferos que se agotan.

Clima extremo, incertidumbres climáticas, y volatilidades en las precipitaciones

A pesar de los actuales debates científicos sobre si el calentamiento global es causado por el hombre o si es un ciclo planetario natural, una cosa es segura para los científicos: este cambio climático no es una anomalía temporal. El calentamiento global se agravará en las próximas décadas. El clima se hará más extremo e imprevisible en muchas partes del mundo: por ejemplo, en junio, hemos visto catastróficas inundaciones en Iowa y en otros sitios del Medio Oeste de EE.UU., que devastaron la siembra de maíz de 2008. Los glaciares se derretirán aún más rápido, reduciendo aún más los suministros de agua fresca en muchas regiones. Las precipitaciones se harán aún más imprevisibles; mientras algunas partes del mundo recibirán más agua mediante inundaciones y tormentas, otras sufrirán un suministro reducido de aguas subterráneas e incluso sequías. Mientras los analistas han citado “anomalías climáticas temporales” (Washington Post, 30 de mayo de 2008, refiriéndose a sequías en Australia) como una razón para el agudo aumento de los precios de los alimentos, el calentamiento global no es un fenómeno climático temporal que afecta a las regiones productoras agrícolas del mundo. En breve, las sequías, inundaciones, tormentas, huracanes, y los modelos climáticos extremos en todo el globo no son eventos a corto plazo. Globalmente, el clima extremo será agravado aún más por la intensificación del calentamiento global en la próxima década. Los modelos climáticos descontrolados y extremos serán algo permanente – limitando a su vez el suministro de agua fresca y la producción de alimentos en muchas regiones productoras de alimentos.

En enero de 2005, el Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU. (NCAR) publicó nuevos análisis vinculando la creciente temperatura global al clima extremo, diciendo que el área afectada por serias sequías en la Tierra se ha más que duplicado desde los años setenta y comienzos de los años dos mil y que sequías generalizadas ocurrieron en el oeste y el sur de África, el este de de Australia, gran parte de Asia y Europa, y Canadá (Journal of Hydrometerology, 2005). “Las sequías y las inundaciones son eventos climáticos extremos que probablemente cambien más rápido que el clima promedio,” dice Aiguo Dai de NCAR. “Porque son de los desastres naturales más costosos del mundo y afectan a cantidades muy grandes de personas cada año, es importante monitorearlos y tal vez predecir su variabilidad.”

Unos pocos ejemplos de cómo el calentamiento global ha afectado la producción de alimentos y conflictos por recursos en todo el mundo, son los siguientes:

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Uno de los ejemplos más citados es Australia, que sufrió seis años seguidos de devastadora sequía y cuya producción de arroz fue eliminada en un 98% y su producción agrícola reducida en un cuarto durante el año pasado. En cambio, al mismo tiempo los agricultores del maíz y la soja en el Medio Oeste de EE.UU. sufren por inundaciones y demasiada lluvia en las temporadas de siembra de primavera y verano de 2008.
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Científicos que trabajan con Naciones Unidas también han extrapolado que la producción agrícola y forestal de Australia disminuirá significativamente en 2030 debido a aumentos en fuegos y sequías.
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El Cuerno de África también está siendo afectado por severas sequías, y los más pobres en Somalia y Etiopía enfrentan inminentes hambrunas y una masiva mortandad por hambre. En el continente africano, más de 300 millones de personas enfrentan la escasez de agua, y se espera que la escasez de agua en África subsahariana aumente en casi un tercio en 2050.
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Darfur sufrió sequías y conflictos por el agua y recursos de tierras arables antes de que los conflictos se volvieran mortalmente étnicos y tribales en su naturaleza, de un conflicto local por recursos a un genocidio hecho y derecho. En junio de 2007, PNUMA dijo que la paz en Darfur es casi imposible a menos que se encaren los problemas de la destrucción del medio ambiente. Un grupo de presión, Justice Africa, dijo a la BBC en julio de 2007 que “la causa de fondo del conflicto [entre nómadas árabes y agricultores africanos negros] son los recursos – la sequía y la desertificación en el Norte de Darfur.”
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A principios de junio de 2008, el gobernador Arnold Schwarzenegger declaró la sequía en todo el Estado en California, señalando que la primavera de 2008 era la más seca que conste y diciendo: “Tenemos que reconocer la severidad de esta crisis que enfrentamos.” California es una importante región productora de alimentos del mundo, sus exportaciones agrícolas excedieron 9.000 millones de dólares en 2005.

La desertificación es uno de los temas medioambientales más desatendidos de la actualidad, agravada por el calentamiento global. La desertificación es un problema crítico porque afecta la productividad de tierra arable y, consecuentemente, la producción de alimentos. Naciones Unidas ha estimado que más de 250 millones de personas son afectadas directamente por la desertificación en 110 países que ocupan un tercio de la superficie de la Tierra (esta cifra incluye a 135 millones de personas en peligro de ser expulsadas de sus tierras) y el sustento de mil millones de personas está en peligro. El que se esté degradando un 70% de las tierras secas agrícolas, en peligro de desertificarse, conlleva un precio de 42.000 millones de dólares por año. La desertificación además agrava la escasez de agua y degrada la tierra hasta el punto que ya no es productiva.

Los científicos pronostican que mientras el calentamiento global calienta el planeta, el clima será más húmedo en algunos lugares y más seco en otros. La peor parte de esos cambios del tiempo y de modelos volátiles de precipitación dejará a millones de personas sin suministros fiables de agua fresca para beber, la irrigación agrícola, y la energía hidráulica. El calentamiento global significa devastación para el futuro del agua y la agricultura de la mayoría de los países. Es obvio en consecuencia que tenemos que contar con que el calentamiento global disminuirá la disponibilidad de agua fresca a largo plazo, lo que a su vez reducirá también simultáneamente la producción de alimentos y empeorará la situación alimentaria y el hambre en muchos países en desarrollo.

Un futuro de más hambre debido a nuestra extracción insostenible de aguas subterráneas

Habitualmente cuesta 1.000 toneladas de agua para producir 1 tonelada de cereal. Se estima que casi un 10% del suministro global de alimentos (160 millones de toneladas de cereales) es producido actualmente mediante la práctica insostenible de extraer aguas subterráneas según USAID. Pero el agotamiento del agua subterránea no es sólo una amenaza para la futura producción de alimentos – contribuye al aumento del nivel del mar. Por ejemplo, investigadores que publican en Hydrogeology Journal, establecieron que las extracciones estimadas de aguas subterráneas en el mundo son entre 750 y 800 km3/año, y que esta masiva cantidad de agotamiento de acuíferos puede resultar en un aumento del nivel del mar:

“En todo el mundo, la magnitud de la extracción de aguas subterráneas de su depósito puede ser tan grande que llegue a constituir un causante cuantificable del aumento del nivel del mar. Por ejemplo, el volumen total extraído del acuífero de High Planes equivale a cerca de 0,75 mm. o sea un 0,5% del aumento observado del nivel del mar durante el Siglo XX. La reducción de la futura extracción de aguas subterráneas (y el aumento del acopio de agua subterránea) pueden ayudar en pequeña escala a reducir futuros aumentos del nivel del mar.” (Konikow and Kendy, 2005)

La extracción insostenible de las aguas subterráneas y del acuífero agravará los efectos de modelos volátiles de precipitaciones sobre la agricultura. El agotamiento de acuíferos en unos pocos países productores de cereales y alimentos con gran población a saber: EE.UU., México, China, e India – es brevemente resumida como sigue:

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EE.UU. – el más conocido es el acuífero Ogallala/High Plains (se calcula que es consumido a unos 12.000 millones de metros cúbicos por año, y algunas áreas descienden más de 30 metros), pero el agotamiento de acuíferos es generalizado en todo el país. En el Noroeste del Pacífico, el acuífero Columbia River Basalt de Washington y Oregon ha bajado más de 30 metros en varias áreas. En las áreas de Tucson y Phoenix, descensos del nivel del agua de entre 90 y 150 metros ocurrieron en gran parte de la zona. En California, el nivel del agua subterránea en Antelope Valley cayó en más de 90 metros desde comienzos de los años 1900, y la parte sudoeste del Desierto Mojave ha visto una subsidencia de la tierra entre 1992 y 1999 y subsidencia pasada de la tierra vinculada a la reducción del nivel del agua de más de 30 metros entre los años cincuenta y los noventa. Antes de su auge inmobiliario, Las Vegas ya había sufrido una baja del nivel del agua de 100 metros en 1999. En el área de Chicago-Milwaukee, los niveles del agua subterránea descendieron hasta 274 metros bajo Chicago y Wisconsin este. En Houston, Texas, los niveles de agua subterránea cayeron unos 121 metros, llevando a subsidencias de suelos de hasta 3 metros. El acuífero Sparta bajo Arkansas, Luisiana, Mississippi, y Tennessee ha sufrido bajas de hasta 21 metros en algunas áreas. En Baton Rouge, Luisiana, ha habido un aumento de diez veces en el bombeo de agua subterránea entre los años treinta y 1970, hundiendo el nivel del agua subterránea en 60 metros y llevando a la intrusión de agua salada del Golfo de México a varios acuíferos. Pongamos en contexto la importancia de los acuíferos de EE.UU.: La exportación agrícola de EE.UU. es calculada en una cifra récord de 108.500 millones de dólares en 2008 (incluyendo aproximadamente 63 millones de toneladas de maíz) según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
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México – el conocido ejemplo es el del acuífero de Ciudad de México (la sección central del área metropolitana ha descendido hasta 8,5 metros, y a la ciudad podría acabársele el agua en la próxima década), pero un tercio de toda el agua usada en México proviene de acuíferos. Todas las cosechas de cereales en México (tales como el trigo de invierno y el sorgo) dependen de irrigación que usa agua de acuífero. En Guanajuato, un Estado agrícola, el nivel freático cae más de 2 metros por año. Según USAID, México está agotando sus reservas de agua subterránea en más de 3 metros por año en muchas de sus principales áreas agrícolas. México está ubicado a lo largo de las mismas latitudes que el desierto del Sahara; la mitad del país es tan árida que, en promedio, México tiene menos agua potable per capita que Egipto y un 60% menos agua que la que tenía hace 50 años.
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China – China tiene muchos problemas serios de agua y han sido bien documentados por numerosos analistas. Hace una década, analistas informaron que el río Amarillo de China pasó de no llegar al mar durante 15 días en 1972 a 226 días en 1997. El río Amarillo suministra agua a un 15% de la tierra agrícola de China y a más de 150 millones de personas; el río está tan contaminado que se estima que un tercio de las especies de peces han desaparecido. El agua subterránea es otro problema importante. Según investigadores, el acuífero Cuaternario de la Llanura del Norte de China es uno de los mayores sistemas acuíferos del mundo y ocupa amplios trechos del Río Hai y cuencas de recepción de aguas de los sistemas fluviales Huai y Amarillo y más allá; pero, como otros acuíferos en el noreste de China, tiene muchos problemas: (1) la baja del nivel freático en los acuíferos poco profundos; (2) niveles freáticos en descenso en acuíferos profundos; (3) intrusión de agua salada y salinización de acuíferos atribuible a sobrebombeado; y (4) contaminación de acuíferos por descarte incontrolado e irresponsable de aguas servidas y aguas negras industriales (Foster et al., Hydrogeology Journal, 2004). Lester Brown y la mayoría de los analistas de China adoptan una visión extremadamente sombría de la situación del agua en China – lo que afecta la capacidad de producción de alimentos de China y su necesidad de importar grandes cantidades de cereales y otros alimentos del mercado global.
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India – Como China, India también enfrenta una larga lista de problemas de agua, que van del suministro y la demanda al acceso y la calidad. Las cosechas en disminución de India pueden ser atribuibles a sequías y a la baja de los niveles freáticos. Daniel Pepper escribió un buen artículo que relaciona la crisis de alimentos de Asia con la falta de agua y con los millones de agricultores en India que extraen demasiada agua subterránea: un ejemplo que citó es que en los años setenta, los agricultores indios tenían sólo 200.000 bombas eléctricas, actualmente tienen 12 millones de bombas de agua eléctricas y 8 millones de bombas de agua a diesel. Lester Brown también escribió que [el Estado] Tamil Nadu tiene más de 62 millones de habitantes, pero un 95% de los pozos se secan debido a niveles freáticos en rápido descenso. Adicionalmente, los niveles freáticos en India están bajando entre 1 y 3 metros por año en algunas partes; los niveles freáticos en el Punjab, la gran región productora agrícola de India, bajan 1 metro por año.
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Bangladesh – los niveles del agua subterránea han bajado casi 3 metros debido a represas ubicadas aguas arriba y desviaciones del río Ganges. Bangladesh se ve afectada simultáneamente por el aumento del nivel del mar, catastróficas inundaciones, y acuíferos en agotamiento – tres factores que afectan severamente su productividad agrícola (su producción existente ya es menos que el promedio global y existen preocupaciones de que su producción de alimentos no sea sostenible ni siquiera al nivel actual).

El agua es parte integral de una agricultura irrigada altamente productiva. Sin un suministro adecuado de agua, la producción de cosechas aumentará en todo el globo. Ante el calentamiento global asociado con el clima extremo, la agricultura también será adversamente afectada. Esta semana los precios del maíz llegaron a niveles de precio récord, estratosféricos, al conocerse las noticias diarias de las catastróficas inundaciones de Iowa, Illinois, Wisconsin, y en otros sitios a lo largo del río Mississippi River, y que los agricultores perderán la temporada de siembra debido a la tierra empapada por las inundaciones.

Hasta ahora ni siquiera hemos comenzado a discutir los serios problemas de la contaminación del agua de superficie y del agua subterránea, la privatización de los derechos sobre las aguas, la apropiación de recursos acuáticos por corporaciones, la infraestructura acuática que se derrumba, la mala administración del agua por municipalidades en todo el mundo, el aumento de la inflación global de los productos químicos y los insumos para el tratamiento del agua potable y de las aguas servidas, la creciente demanda, y el aumento de la presión sobre las fuentes existentes de agua a través de crecientes demandas de los consumidores de alimentos intensivos en su uso de agua (es decir carnes, productos lácteos, huevos), y el debilitamiento de las regulaciones gubernamentales para tratar la calidad del agua y el acceso al agua. Al analizar la condición del agua, vemos un futuro bastante sombrío – de más hambre – para los pobres del mundo.

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Jo-Shing Yang es autor de “Ecological Planning, Design, and Engineering. Solving Global Water Crises: New Paradigms in Wastewater and Water Treatment. Small and On-Site Systems for Community Water Self-Sufficiency and Sustainability.” Correo electrónico: jsyang@alum.mit.edu

http://www.counterpunch.org/yang06212008.html
rebelion.org

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