domingo, 8 de junio de 2008

La IV, ¿una flota para Chávez y Lula?

Texto | Rafael Sagárnga*

Fotos | Internet

Estados Unidos reactiva la IV Flota para navegar en las costas sudamericanas | El dispositivo es una advertencia para países como Venezuela, e incluso Bolivia, aunque los estadounidenses afirman que sus intenciones son otras

Dentro de 23 días, Estados Unidos pondrá en marcha otro gran dispositivo de guerra: la ‘IV Flota’, la maquinaria bélica destinada a visitar los mares de este lado del mundo. Entre 11 y 13 buques, 70 aviones y helicópteros y más de tres mil marines tendrán la misión de navegar vigilantes frente a las costas de países como Venezuela, Colombia, Brasil y Argentina.



La decisión, anunciada el 20 de abril, sorprendió al continente. La IV Flota fue desactivada por el Pentágono hace 58 años. Pese a que entonces el mundo se hallaba a principios de la Guerra Fría, los estrategas estadounidenses la consideraron innecesaria. Había funcionado durante la Segunda Guerra Mundial para enfrentar las eventuales incursiones de submarinos y destructores alemanes.

Por ello, las preguntas se han multiplicado en este continente: ¿Cómo justifica EEUU esta clarinada? ¿Quiénes compondrán la renacida fuerza expedicionaria? ¿Contra qué enemigo prevén actuar?

Tras el anuncio y la alarma, las autoridades estadounidenses optaron por llamar a la calma y a la amistad. El comandante del Comando Sur, James Stavridis, afirmó, durante una visita protocolar en Buenos Aires, que la flota "está designada específicamente para cinco misiones: respuesta a desastres naturales, para operaciones humanitarias, de asistencia médica, contra el narcotráfico y cooperación de asuntos de medio ambiente y tecnología". El jefe militar aseguró, además, que “nunca se tendrá una posibilidad ofensiva en la IV Flota. Ése es un compromiso”.

Curiosamente en los medios estadounidenses se mencionó un objetivo no citado por Stavridis: "Antiterrorismo". El 25 de abril un comunicado del Pentágono explicó que su reactivación serviría para “demostrar el compromiso de EEUU y de sus aliados regionales”.

Las naves y el comandante Kernan

Se espera que dos de las naves que operarán normalmente con la IV Flota serán los buques de asalto USS Boxer y el USS Kearsage. Cada uno con el peso aproximado de 40.500 toneladas, puede transportar 1.800 infantes de marina, 42 helicópteros Sea Knight, cinco cazabombarderos AV-8 Harrier II, cinco helicópteros antisubmarinos y tres lanchas de desembarco sobre colchón de aire (LCAC).

Adicionalmente surge —tal como ha sucedido en diversas experiencias bélicas— la potencial conformación de una poderosa fuerza de tareas anfibia que amplíe la IV Flota. Esta expansión demoraría entre seis y 18 horas. En ese orden se añade que un portaaviones clase Nimitz, como el USS George Washington, cuenta con la capacidad de apoyar las operaciones anfibias de estos buques con hasta 85 cazabombarderos F-18 (2). Otras versiones complementan el lote con un submarino nuclear.

Pero aun en el caso de que el lote de barcos con el que ‘la IV’ debute en los próximos días se muestre mucho menos temible, suma otra cara poco amable: el comandante designado, Joseph Kernan. La carrera del almirante no transcurrió precisamente en trabajos solidarios con Greenpeace o en la sección de ayuda social de la armada estadounidense. El promocionado jefe naval es un experto en operaciones especiales y lucha antiterrorista. Fue miembro del SEAL (Mar, Aire y Tierra), el departamento dedicado a las operaciones navales. Alcanzó así el nombramiento de comandante del comando de guerra especial naval, que es el componente naval del Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos. Es más, se trata del primer oficial SEAL que se le otorga el liderazgo de una flota.

Kernan es también operador del Grupo de Desarrollo de Guerra Especial Naval (Devgru), un elemento de elite con la misión de ejecutar operaciones de inteligencia y contraterrorismo. El párrafo de su biografía oficial, donde se detalla las condecoraciones recibidas, como sucede con otros colegas de su agresiva especialidad, ha sido omitido. En ese contexto, en Latinoamérica las consideraciones sobre la IV Flota se muestran nada sonrientes. El analista Vladimir Gessen aseguró: "El Pentágono anunció que se buscaba combatir el terrorismo y las actividades ilícitas en alusión a la lucha contra el narcotráfico, agregando que también serviría para mostrar su ‘compromiso’ con sus ‘socios regionales’ en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, en clara sugerencia a Colombia, e ‘interactuar con las armadas de naciones aliadas’”. Luego añadió: “¿Quiénes son las naciones aliadas y las enemigas? ¿Qué significado tiene interactuar con las armadas de países aliados? ¿En caso de un conflicto bélico entre dos países sudamericanos esta flota ‘interactuaría’ con las fuerzas armadas del país ‘aliado’?

¿Jaque a Chávez?

Otro analista, Heinz Dietrich, consideró que la razón de las "crecientes provocaciones militares" del Gobierno de Colombia y de los militares estadounidenses en el Caribe, tendrían como objeto iniciar un jaque mate contra los gobiernos de Hugo Chávez y Rafael Correa.

El doctor en Ciencias Económicas expresó que Washington sumó dos conclusiones: por una parte, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) perdieron su capacidad operativa y, por la otra, que logró neutralizar al gobierno de Evo Morales en Bolivia. Por ello, sus éxitos en estos dos países proporcionaría el escenario para efectuar la jugada final contra Chávez y Correa. Dietrich sostuvo que la hipótesis del Pentágono es que la pérdida de capacidad operativa de las FARC y Morales son irreversibles. "Situación que permite desatar ya la subversión paramilitar-militar desde Colombia y la militar desde la IV Flota estadounidense contra Venezuela y Ecuador". Este analista alemán fue reconocido en tiempos no muy lejanos por sus inclinaciones favorables al Presidente venezolano.

El politólogo uruguayo Raúl Zibechi añadió una fundamentación estratégica: "La decisión del Pentágono interviene en un momento de particular tensión en América del Sur y de extrema volatilidad sobre los mercados de materias primas. No podemos olvidar que un tercio de las importaciones de petróleo de EEUU provienen de Venezuela, de México y de Ecuador, lo que hace que la región sea un espacio estratégico para mantener la supremacía económica y militar del principal país del planeta".

Más apacible, Alejandro Sánchez, analista asociado al Consejo sobre Asuntos Hemisféricos, organismo de investigación estadounidense, interpretó la reactivación de la IV Flota como una decisión política. "Por los últimos años, EEUU estuvo concentrado en Irak y Afganistán. Recién ahora está intentando regresar a América Latina", señaló. Sánchez agregó respecto a los supuestos retos militares estadounidenses en la región: "Seamos honestos, aunque Venezuela u otros estados adquieran submarinos rusos, ninguno de estos países puede presentar una amenaza para Estados Unidos". Para el analista, las recientes decisiones de la armada estadounidense sirven, entre otras cosas, para demostrar que "por más que cualquier país latinoamericano esté en una carrera armamentista, no pueden compararse con su poderío militar".

A Brasil "no entran"

El nuevo despliegue militar de la primera potencia también caló en otro país. El anuncio estadounidense se produjo casi en paralelo con la propuesta brasileña. Brasilia promueve, para antes de fin de año, la formación de un organismo de defensa exclusivamente sudamericano. Sus roces militares se incrementaron en los últimos tiempos. De hecho, Brasil es el único país latinoamericano con autosuficiencia bélica. Baste señalar que entre sus proyecciones inmediatas suman un submarino nuclear y un segundo portaaviones, los únicos del continente.

Al escenario bélico-industrial se añadió una sutil disputa geoestratégica entre ambas potencias: La presencia de fuerzas militares tanto en la Amazonia como en el área del acuífero guaraní, el mayor reservorio de agua del planeta marca la contradicción. Tanto Washington como Brasilia multiplicaron proyectos en dichas zonas en los últimos años. EEUU avanzó fundamentando su guerra contra las drogas o el terrorismo, inclusive hasta con bases militares, como la que detenta en la zona paraguaya de Mariscal Estigarribia, mientras Brasil desarrolla una sostenida política de copamiento y proyección hacia su selva. Todo en coincidencia con su renovado avance en pos de convertirse en una de las seis principales potencias del planeta.

En ese marco, la voz de políticos y militares de diversos países sonó ante el anuncio del Pentágono como la aceptación de un duelo. "Ellos podrán actuar en áreas no jurisdiccionales brasileñas. Aquí no entran," afirmó el ministro de Defensa Nelson Jobim, tras una reunión con miembros del Ejército de Brasil en Río de Janeiro, a fines de abril. "¿Cuál es el objetivo declarado de la IV Flota?", se preguntó el ex presidente cubano Fidel Castro en uno de sus recientes editoriales. Se respondió: "Enviar un mensaje a Venezuela y al resto de la región. (…) para sembrar muerte y terror". El Presidente boliviano declaró estar ‘convencido’ de que EEUU restablecerá su IV Flota “para seguir buscando agresiones contra América Latina”. Desde Caracas Hugo Chávez inició un largo análisis vertiendo frases como: "Venezuela no tiene miedo", "la IV Flota podría ser sepultada aquí" y "la atacaríamos por los cuatro costados".

Con el propósito que se tenga, lo cierto es que la IV Flota vuelve a Latinoamérica. En la actualidad, EEUU despliega por el planeta otras seis flotas. La I Flota corresponde a la Guardia Costera estadounidense en tiempos de guerra. La III Flota tiene como misión la defensa de la costa oriental, vale decir, el área del Océano Pacífico con proyección al continente asiático. La V Flota opera en el convulsionado Golfo Pérsico y despliega acciones también hacia el Océano Indico, vigilando África y el Oriente Medio. A la VI Flota se le ha asignado el Mar Mediterráneo. Por su parte, la VII Flota patrulla el Pacífico Occidental. Estas tres fuerzas, según los estrategas, se movilizan por escenarios de guerras probables o de alto riesgo bélico.

Hasta el anuncio de abril, la II Flota tenía asignada el área del Atlántico, especialmente la que se dedica a la defensa de Europa en función al acuerdo con la OTAN; incluía entre sus eventuales responsabilidades las zonas del Caribe y Sur América. Pero esta labor ahora ha sido delegada a la flota que desde el 1 de julio reiniciará sus labores en la base de Mayport. Dichas instalaciones se encuentran en el sur del estado de Florida, el punto desde donde las proas miran hacia esta parte latina del continente.

Con datos*

EFE, Prensa Latina y www. nuevamayoría.com (Artículo de Ignacio J. Osacar). Basado a su vez en www.defensenews.com, del 11-05-08; www.navytimes.com, del 11-05-08; www.infobae.com, del 11-05-08; www.mindef.gov.ar, del 11-05-08;

www. nuevamayoría.com (La cuarta flota, Vladimir Gessen);

El Universal (23-05-08);

www.kaosenlared.com (El regreso de la IV Flota) y

BBCMundo
www.lostiempos.com/

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