viernes, 13 de junio de 2008

Zoos humanos: la vergonzosa “exportación” chilena

por jorge lopez /la nacion

La historia de Calafate y los fueguinos llevados a Europa a finales del siglo XIX
Con la venia del Estado chileno, en 1889, once selk’nam -entre ellos un niño de 8 años- fueron llevados a Europa para ser exhibidos y tratados como animales. Los indígenas patagónicos eran una rareza. Así los trataron. Así murieron. Un documentalista y un historiador arman el puzzle de estos zoos humanos y el paso de decenas de indígenas en el viejo continente.

En un subterráneo, como congelada en el tiempo y escondida de la mirada de los visitantes del Museo Etnográfico Luigi Pigorini, en Roma, se ubica uno de los más fascinantes hallazgos que los realizadores del documental "Calafate, Zoológicos Humanos" encontraron en Europa: una canoa yagán con data de 1896, traída desde Tierra del Fuego hasta Italia y en perfecto estado de mantención.

¿Qué hace ahí? ¿Cómo llegó a ser parte de su inventario?

Christian Báez, historiador, y Hans Mülchi, realizador audiovisual, aunaron fuerzas y recursos en torno a documentar una de las historias más desconocidas de la Patagonia y Tierra del Fuego, y que tiene estrecha relación con el descubrimiento de la nave de los desaparecidos habitantes originarios del extremo sur: el viaje obligado de decenas de indígenas a tierras europeas para ser exhibidos como rarezas. Calafate entre ellos.

La trama se basa precisamente en la historia de este pequeño selk’nam de 8 años quien fue llevado a Europa en 1889, junto con otras nueve personas de ese pueblo originario, para formar parte de una feria científica que recorrió varias capitales y en el que fueron tratados como animales, falleciendo seis de sus integrantes.

"Encadenados como tigres de bengala, dice Gusinde, los lleva a París un comerciante belga, los expone y les tira carne de caballo cruda porque, según él, son caníbales", explica Mülchi. Calafate viajó por las principales capitales europeas en donde junto a sus compañeros de infortunio, fueron expuestos en teatros y parques.

"Calafate fue llevado a Londres, exhibido en el Royal Aquarium. Voces religiosas se levantaron a favor de los indígenas, como por ejemplo la Sudamerican Society, cuya queja termina en un conflicto a nivel diplomático y humanitario entre la South American Missionary Society, la Embajada de Chile en Francia y el Consulado chileno en Londres. Salieron hacia Bélgica donde fueron mostrados dentro de un Museo de Cera, llegó la policía y Calafate se fue preso por indigencia", agrega el director. El viaje duró 12 meses.

Las pistas de un extraño

El documental, con producción de Margarita Ortega, se basa en el trabajo investigativo de Báez que analizó el material fotográfico de indígenas chilenos durante más de una década. Parte de dicho registro lo llevó a interesarse en las primeras fotos de gente kaweskar y mapuche exhibidos en el Jardín d’Acclimatation de París, donde aparece retratado Calafate. Junto al inglés Peter Mason, generaron la publicación de un libro, en 2006, con una cincuentena de imágenes recopiladas de dicha "muestra humana".

"Estos temas son tremendamente representativos del siglo XIX en Chile, cuando el Estado permitió la salida de indígenas patagones, fueguinos y mapuches. El país aprobó la salida de personas, por eso yo no hablo de "secuestros", acá no hay un acto ilegal, acá hay un permiso para sacar a estas personas de manera terrible, pero secuestro no".

Ése es uno de los ejes principales del guión que llevó a los realizadores a viajar a Europa durante un mes de rodaje: "Seguimos la ruta por la que se los llevaron en 1889. Primero a una exposición en París. Luego a un centro de exposiciones en Londres, a una cuadra del Parlamento y posteriormente a Bélgica, al Parque Leopoldo, cerca del actual Parlamento europeo", indica Mülchi. Además pasaron por Roma, Lyon, Hamburgo, Berlín y Zurich.

Mülchi dice que el film buscará revisar las visiones del mestizaje y de nuestra identidad como país: "Acá hubo una negligencia de los propios chilenos, autoridades de la época, preocupados más de congraciarse y agradar las intenciones de los empresarios europeos que cautelar la dignidad de su propio pueblo. Hay una deuda en que el Estado debería reconocer sus propios errores ¿Qué sentido tiene? Dar un mensaje a las generaciones actuales y futuras de cómo tenemos que mirarnos. Hemos construido el país con un descuido muy grande de una parte de lo que somos: de los que estaban antes, los del comienzo, los que estaban siempre. Hemos construido nuestra imagen mirando a los que vinieron después. Esta historia puede cambiar un poco

Pasado y presente en un mismo relato

No sólo el reencuentro con el patrimonio chileno en un museo italiano, la canoa, fue una de las sorpresas de la filmación. También lo fueron las locaciones donde fueron exhibidos los patagónicos del siglo XIX y que hoy están reconvertidos.

"La idea del documental en Europa fue encontrar físicamente los objetos y lugares por donde pasaron los fueguinos en su periplo. Volvimos a esos lugares, los encontramos y vimos qué pasaba ahí hoy día. La canoa fue el inicio con una serie de encuentros a los que nos era imposible llegar desde acá. Allá en los museos o instituciones como universidades, hoy día aún hay objetos que delatan la presencia de los fueguinos en Europa", afirma Báez.

Los indígenas "viajeros" fueron paseados, inspeccionados, violados, mal alimentados y la mayoría fallecidos debido a estos tratos. Calafate se quedó un tiempo más en Europa "a cargo del guardia chileno que originalmente los llevaba. Un diplomático de Chile en Londres lo hace firmar un acta de que no lo expondrá ni lo hará trabajar", revela Mülchi.

Tras eso se le pierde el rastro al menor. Una investigación realizada en los archivos salesianos de Roma, indica que unos meses después un sacerdote lo encuentra en Montevideo. Toma con él una embarcación y vuelven a Punta Arenas.

Un diario de dicha ciudad, en 1895, entrega una reseña de Calafate. Ello debido a que se transformó en uno de los principales participantes (lenguaraz) de uno de los pocos diccionarios de selk’nam conocidos en el mundo. "La única certeza que da esto es que Calafate sabía más idiomas y es más que sólo un colaborador", explica el director.

Se transformó así en el único indígena al que se le conoce la historia completa de todos los que viajaron a Europa

Producido en conjunto con el Proyecto Bicentenario de Canal 13 y auspiciado y patrocinado por Ministerio de Educación, el documental aparecerá a principios del 2009. Christian Báez revela el por qué de los tiempos: "Hay precariedad de recursos, aún no nos ha llegado una plata del Mineduc que nos tendrían que haber asignado en diciembre. El documental está hecho a pulso, a ñeque y gracias a las colaboraciones".

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