sábado, 17 de mayo de 2008

Agricultura sostenible y cambio climático , cultivar nuestros propios alimentos


La agricultura es uno de los mayores productores de gases de efecto invernadero (GEI). El nuevo informe de Greenpeace "Cool Farming: Climate impacts of agriculture and mitigation potential" (Agricultura y cambio climático: impactos climáticos de la agricultura y potencial de mitigación) detalla las prácticas destructivas de la agricultura industrial y presenta soluciones factibles para ayudar a reducir su contribución al cambio climático. Estos cambios beneficiarán al medio ambiente, a los agricultores y a los consumidores de todo el mundo.
En este informe se detallan por primera vez las contribuciones directas e indirectas de la agricultura al cambio climático. Ha sido escrito por el equipo del profesor Pete Smith, unos de los autores del último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático).

Con demasiada frecuencia la agricultura química intensiva genera una espiral de degradación de suelos y aguas, reducción de rendimientos de las cosechas, destrucción ambiental, pobreza y hambre. No se conseguirá la seguridad y la soberanía alimentaria a través de técnicas obsoletas y de “parches” tecnológicos como el aumento constante de fertilizantes, pesticidas o cultivos transgénicos.

Además, la agricultura industrial basada en un uso intensivo de químicos degrada el suelo y destruye los recursos que son fundamentales para la fijación de carbono, como los bosques y el resto de comunidades vegetales.
Las mayores emisiones directas de la agricultura se deben al sobre-uso de fertilizantes. El informe detalla una variedad de prácticas agrarias que pueden reducir el cambio climático y que son fáciles de implementar.

Se puede cambiar la agricultura para que sea no solamente un emisor de GEI mucho menor, sino también para que se convierta en un sumidero de carbono que nos ayude a revertir la destructiva contribución al cambio climático.

El futuro de la agricultura y la ganadería pasa por una agricultura moderna que se relacione con la naturaleza y con la gente, no un modelo que vaya contra ellos. Millones de explotaciones de todos los continentes ya están demostrando que las agriculturas ecológica y sostenible pueden proveer suficiente alimento, aumentar la seguridad alimentaria, reponer los recursos naturales y generar mejores vidas para los agricultores y las comunidades locales.

Este cambio es posible y necesario. Ha llegado la hora de pasar a la acción para impedir que la agricultura destruya el clima.
www.greenpeace.org

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