La situación humanitaria en Somalia se está deteriorando con rapidez debido al alza de los precios de los alimentos, una fuerte devaluación del shilling somalí y el agravamiento de la sequía, según informó hoy la FAO. Más de 2,6 millones de personas -un 35 por ciento de la población-, necesitan ayuda, lo que supone un incremento de más del 40 por ciento desde el pasado enero. Este incremento se debe principalmente a la suma de 600.000 pobres urbanos, que luchan por cubrir las necesidades alimentarias de sus familias frente a un rápido incremento de los precios de los alimentos y los productos básicos, según un reciente estudio de la Unidad de Evaluación de la Seguridad Alimentaria en Somalia (FSAU, por sus siglas en inglés), que la FAO opera en el país africano.
El número de desplazados internos de la capital Mogadiscio, se ha incrementado en más del 20 por ciento desde enero, y ahora alcanza las 855.000 personas, con lo que la cifra total de desplazados en el interior del país supera ya el millón.
Se agrava la sequía
La situación se ve agravada por la prolongada sequía en partes del sur y el centro del país, así como el deterioro de las condiciones de los pastizales en áreas del norte debido a una estación seca especialmente severa. El retraso y los escasos resultados de las lluvias estacionales Gu, que caen habitualmente desde mediados de abril a junio, apuntan a una cosecha principal de cereales que estará bastante por debajo de la media. Lo cuál provocará escasez y nuevos aumentos de precios en los cereales producidos a nivel local.
Alrededor de 60.000 pastores, ya en dificultades tras dos temporadas consecutivas sin lluvias, se encuentran en situación de grave crisis alimentaria y de sus medios de subsistencia.
La mitad de la población en peligro
“Si las lluvias Gu son mucho menores que la media, el shilling continua su depreciación y la situación de inseguridad empeora, podremos ver hasta 3,5 millones de personas –la mitad de la población- enfrentada a una grave crisis alimentaria y de sus medios de subsistencia o en situación de emergencia humanitaria a final de año”, advirtió Cindy Holleman, Asesor técnico jefe de la FAO en Somalia. “Se trata de una situación extremadamente preocupante”, añadió.
Es necesario comenzar ahora con los planes de contingencia y los preparativos para garantizar una respuesta apropiada y a tiempo si se verifica el peor escenario posible, según Holleman.
Precio récord de los cereales
Los precios de los cereales han batido un récord histórico, dos o tres veces por encima de su precio medio en los últimos cinco años. Entre ellos figuran las importaciones comerciales de arroz y el maíz y sorgo producidos a nivel local, cuyo precio se ha incrementado hasta un 375 por ciento en algunas zonas en el último año.
Somalia es un importador neto de cereales, con cerca del 60 por ciento de sus necesidades alimentarias cubiertas por cereales importados en un año normal. Los precios récord de los alimentos a nivel internacional, combinados con la fuerte depreciación de la moneda somalí
-más de un 125 por ciento frente al dólar en los últimos cuatro meses- significa que los precios de los cereales importados en Somalia permanecerán a niveles récord y fuera del alcance de la mayoría de las familias urbanas pobres.
Los pobres urbanos están recortando la cantidad de alimentos que compran, pasando del arroz importado al más económico sorgo, producido localmente -y que a su vez podrá escasear si la estación Gu falla-, al tiempo que se saltan comidas, y reducen los gastos no alimentarios, como pueden ser jabón, keroseno, medicinas y asistencia a la escuela.
“A pesar de todas estas estrategias de adaptación, muchas familias urbanas pobres no tienen dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas, con un déficit que oscila entre el 10 y el 30 por ciento de los costes totales”, subraya Holleman.
La falta de seguridad dificulta la ayuda humanitaria
Son necesarias acciones concretas para garantizar que las organizaciones humanitarias tienen acceso seguro a las áreas en crisis, según la FAO, que recuerda que para los socios humanitarios la situación es cada día de mayor peligro, y en el momento de la mayor necesidad.
Sin embargo, hay muchas oportunidades para la rehabilitación y la recuperación, según Graham Farmer, responsable de las operaciones de la FAO en Somalia y con base en Nairobi.
“La situación de seguridad presenta dificultades y es frustrante, pero no nos ha detenido”, señala Farmer, indicando que Naciones Unidas tiene cerca de 1.500 personas trabajando en Somalia, de las cuales la mitad se encuentran a diario sobre el terreno.
Actividades de emergencia
La FAO ha adquirido un papel de liderazgo en la coordinación y control de las intervenciones humanitarias en el sector agrícola.
La Unidad de Evaluación de la Seguridad Alimentaria en Somalia proporciona información actualizada sobre seguridad alimentaria y nutrición, así como señales de alerta temprana para permitir una mejor planificación y respuesta.
La Unidad de coordinación de servicios de emergencia de la FAO en Somalia está ejecutando un programa de emergencia y rehabilitación con un presupuesto total de más de 35 millones de dólares para proyectos en marcha destinados a restablecer la seguridad alimentaria y de los medios de subsistencia.
Las actividades de la FAO incluyen el apoyo al sector ganadero, a través de la provisión de servicios veterinarios, vigilancia de la salud animal y promoción de prácticas para garantizar la inocuidad y calidad de los productos cárnicos. También figura la rehabilitación y diversificación agrícola, a través de la promoción de prácticas de control integrado de plagas, semillas de calidad adecuada y la rehabilitación de las infraestructuras para la irrigación. Igualmente se da asistencia a las comunidades pesqueras y apoyo al sector privado, a través de micro-empresas asociadas con productos agrícolas, proporcionando formación y ayudando a establecer lazos con los mercados.
Impulsar la producción y los ingresos
“Podemos traer comida, pero un importante enfoque complementario es el de conseguir dinero para estas comunidades”, señala Farmer. “Tenemos que impulsar no solo la producción, si no también los ingresos y los medios de vida en las áreas rurales y periurbanas”.
“Renovar los canales de irrigación, por ejemplo, incrementa las posibilidades para la producción agrícola, pero también aumenta uno de los activos de la comunidad”, explica.
La FAO ha lanzado un llamamiento para conseguir 18.401.500 dólares para ayuda de emergencia y rehabilitación en Somalia en 2008. Hasta la fecha ha recibido 3.789.000 dólares de los Gobiernos de Suecia e Italia.
rebelion.org
viernes, 23 de mayo de 2008
La situación empeora para los pobres urbanos y campesinos afectados por la sequía y la guerra en Somalia
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