lunes, 5 de mayo de 2008

yurta


El hábitat puede considerarse como nuestra 3ª piel, siendo la epidermis la primera y la ropa la segunda. El medio ambiente y el tipo de vivienda en que habitamos influye directamente sobre nuestro bienestar y nuestro ser. La forma, los materiales, los colores además de su función, determinan la sensación de paz y de armonía.
A raíz de una búsqueda de varios años, de un modo de vida alternativo, basado en una vuelta a la naturaleza y la simplicidad, hemos dado con la idea de vivir la experiencia de una Yurta. Después de un curso de formación junto a un arquitecto especializado en Yurtas, hemos construido la primera.


La Yurta es la vivienda tradicional de los pueblos nómadas de Asia central. Transportable y de forma redonda, está hecha de un armazón de madera, recubierto de fieltro de lana. Es en Mongolia, su país de origen, donde la Yurta constituye el hábitat mas difundido.
A pesar de su aparente simplicidad, la yurta es una estructura de concepción muy ingeniosa, teniendo cada elemento una importancia fundamental e interactuando con las otras partes en la cohesión del conjunto. En el interior, el techo redondo representa el cielo, la apertura en medio como el sol, el ojo del cielo de donde viene la luz. El centro es el lugar más sagrado donde se encuentra el fuego, símbolo de la vida.

A menudo se recubre el suelo de una base de madera desmontable sobre la cual se extienden alfombras, sobre todo si la yurta se queda en un sitio fijo bastante tiempo.

El tamaño de una yurta depende del número de entramados. Una yurta familiar mediana se compone de 4 a 6 entramados, lo cual corresponde a un diámetro de entre 5 y 7 metros. La altura de la pared varía entre 1,40 y 1,85 metros y la corona (el orificio del techo) se sitúa aproximadamente a 3 metros del suelo, según el uso deseado.
Rápidamente montada y desmontada (aproximadamente 3 o 4 horas), fácilmente transportable (unos 100 kg para una yurta de 5 m), la yurta no necesita piquetas en el suelo puesto que solamente está puesta, lo que permite montarla sobre cualquier terreno, arenoso, rocoso o incluso helado. Su forma redonda le da un mínimo de toma de contacto al viento y en el interior una sensación de espacio, debida a sus paredes verticales.

Además, las excelentes cualidades de aislamiento del fieltro hace que la yurta permanezca confortable y soporte grandes variaciones de temperatura.
La yurta está constituida de los elementos siguientes :
• Una pared cilíndrica hecha de varios entramados ensamblados unos a otros.
• Un entramado esta compuesto de listones de madera cruzados los unos sobre los otros de manera que se puedan desplegar y replegarse.
• Un techo hecho de pértigas, que reposan sobre la cima del entramado y que se insertan en una corona central que forma la cumbre. Esta armadura de madera está recubierta de piezas de fieltro, una o varias capas, según la temperatura. Se añade una tela gruesa de algodón blanco impermeable que protege al fieltro de las intemperies.


Vivir en una Yurta

Una de las razones que nos han llevado a vivir en una Yurta es la movilidad que nos permite, sin necesidad de permiso de construcción. Otro motivo es su bajo coste. Además, nos gusta la forma redonda que permite el flujo de la energía (no queremos hablar aquí demasiado de la tiranía de la línea recta, que no existe en la naturaleza...). Por ultimo, nos lleva de vuelta a la simplicidad y a una vida sencilla, en contacto con la naturaleza y en un ambiente atractivo.

La Yurta es igualmente un complemento agradable para acoger amigos en un alojamiento anexo y es también un espacio funcional y estético para camping rural, vacaciones, bodas, reuniones, cursos o exposiciones.

Vivir una experiencia con la Yurta es una buena manera de rehabilitar la relación entre el hombre y la naturaleza. Por el momento, nuestras almas navegantes han elegido la Yurta como modo de vida, y nuestro horizonte está constituido por una vida sana en la que queremos trabajar con los niños, la bioconstrucción, el yoga y la agricultura ecológica, convencidos de que la dedicación a actividades diversas contribuye a un enriquecimiento profundo y real del ser. Como decía Hundertwasser: “La armonía con la naturaleza es la clave de la felicidad y la belleza es el camino que nos conduce a ella”.

www.ecohabitar.org

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