viernes, 26 de septiembre de 2008

las enfermedades de la tierra ,las enfermedades del hombre II

Los gases que retienen el calor y que enviamos a la atmósfera en 2008 permanecerán allí hasta 2108 y más. Por lo tanto, lo que decidamos hacer hoy no sólo afectará a nuestra propia vida, sino aún más a la vida de nuestros hijos y nietos.

Los cambios inducidos por el hombre en la atmósfera, en los ecosistemas de producción de alimentos, las alteraciones de la biodiversidad; los cambios en ciclos elementales como el del nitrógeno o el agua; así como la propagación de contaminantes orgánicos han forzado la evolución de los sistemas microbianos y la aparición de nuevas enfermedades infecciosas. Cada año surgen enfermedades infecciosas nuevas. Hace unos años eran desconocidas la legionelosis, el síndrome respiratorio agudo y grave y la gripe aviar.
La OMS en su afán de concienciar a la población mundial se propone una serie de objetivos:

-Establecer vínculos entre el cambio climático y la salud y otras esferas del desarrollo, tales como el medio ambiente, la alimentación, la energía o los transportes.

-Celebrar en los países eventos o actividades que den publicidad a temas relacionados con el impacto sanitario del cambio climático.

-Involucrar a la población mundial en los esfuerzos de estabilidad del cambio climático.

-Crear campañas de promoción que generen el impulso y que obligue a actuar a los gobiernos, la comunidad internacional, a la sociedad civil y a los ciudadanos.

-Proteger a las poblaciones pobres y vulnerables de los efectos del cambio climático, especialmente en África. Los resultados del Primer Informe sobre Desigualdades y Salud de Andalucía elaborado por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía, y presentado recientemente, señalan que las personas de menor nivel educativo, en desempleo o que trabajan sin contrato tienen una peor percepción de su salud y unos estilos de vida que comportan mayores riesgos. Además de la posición social individual, las características socioeconómicas del área de residencia inciden en los estilos de vida y en la calidad medioambiental. El desarrollo de estrategias públicas y programas intersectoriales para que las personas puedan hacer elecciones saludables, en entornos saludables, que potencien su salud y calidad de vida es fundamental para la reducción de las desigualdades en salud.

Las recomendaciones son:

-Que se dé prioridad a la creación de espacios verdes e instalaciones para la práctica de ejercicio físico en los barrios más desfavorecidos, así como a la lucha contra la contaminación.

-Que se promuevan medidas fiscales y de regulación de la publicidad que favorezcan el consumo de frutas y verduras y faciliten su accesibilidad económica, aumentando a la vez la fiscalidad de los alimentos no saludables, especialmente los publicitados para su consumo en niños y adolescentes, y que en las instituciones dependientes de la Administración pública, y en especial en los comedores escolares de los centros educativos públicos, se promueva el consumo de frutas, verduras y legumbres, en detrimento de los alimentos ricos en grasas saturadas, o con altos contenidos en sal o azúcar.

-Que las políticas de empleo tengan en cuenta su impacto en la salud mediante medidas activas de seguro de desempleo, formación y reinserción laboral, especialmente en jóvenes y mujeres.

-Que se realicen estudios de impacto en salud de los factores medioambientales. Andalucía ha sufrido en los últimos años diversos episodios de contaminación ambiental grave, y resulta especialmente necesario analizar sus repercusiones y prevenir futuros problemas de este tipo que nos ayuden a explicar y comprender mejor las desigualdades de género en salud.

-Que es necesario avanzar en la investigación sobre desigualdades en aquellos servicios sanitarios más costosos y donde el acceso puede ser más difícil, como la alta tecnología, y explorar si las diferencias encontradas en el uso de la medicina especializada están realmente traduciendo una desigualdad.

http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20080926/opinion/enfermedades-tierra-enfermedades-hombre-20080926.html

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