Mientras los presidentes Barack Obama y Hamid Karzai hablan de diálogo abierto con los elementos menos radicales de la insurgencia en Afganistán, los Marines preparan el camino a los 17.000 nuevos hombres de refuerzo. En un informe 39 páginas, al que ha tenido acceso ABC, advierten de las «cada vez más sofisticadas técnicas» empleadas en las emboscadas sufridas en Helmand y Farah, dos de los lugares que mejor simbolizan la falta de control de Kabul sobre el sur del país.
Afganistán no es Irak y los mandos estadounidenses quieren que sus hombres dejen de pensar en la campaña iraquí para centrarse en Afganistán, «donde el enemigo lleva treinta años luchando y como nación, miles de años». En este dossier -ilustrado con los bocetos de las más importantes emboscadas sufridas en los últimos meses- se detalla la capacidad de la insurgencia para «reunir hasta cuatrocientos hombres» en una sola operación y su disposición a luchar «de dos a cuarenta y dos horas» sin descanso y «hasta la muerte».
Los mandos estadounidenses destacan también «el avanzado conocimiento de nuestras tácticas de combate» y «una gran disciplina a la hora de combinar diferentes posiciones de fuego». La insurgencia afgana es consciente de la «limitación de su armamento» y optimiza sus recursos gracias «al extraordinario conocimiento del terreno», lo que ha llevado a los americanos a repasar detenidamente la derrota de las fuerzas soviéticas ya que muchas de las emboscadas sufridas en estos años «son las mismas que sufrieron los rusos».
Mientras en los despachos de Washington, Teherán e Islamabad se trata de identificar a interlocutores susceptibles de dejar la lucha y empezar a colaborar con el Gobierno central, los mandos militares con tropas desplegadas en el sur del país no levantan el pie del acelerador ante el comienzo de la ya habitual ofensiva de primavera. En los dos últimos días al menos cuarenta milicianos han perdido la vida en operaciones realizadas en la provincia de Helmand.
Ataques diferenciados
«Han demostrado ser capaces de distinguir entre Army, Marines y SOF (Fuerzas Especiales)», refleja el informe americano. Esta observación echaría por tierra la opinión de diferentes expertos que consideran que los ataques de la insurgencia tienen como objetivo cualquier país de las fuerzas de la coalición, sin importar la bandera. Según los Marines, no sólo distinguen el país, sino también el cuerpo al que pertenecen.
La disciplina de combate adquirida en la larga campaña contra los rusos hace que los insurgentes sean muy efectivos en unos ataques cuyo objetivo principal suelen ser los vehículos blindados.
Junto a la importancia de una correcta y rápida cobertura desde el aire, los Marines destacan la importancia de trabajar más intensamente el combate a pie y para ello resulta imprescindible el despliegue de un mayor número de soldados, como Estados Unidos y el resto de países de la misión OTAN parecen dispuestos a hacer en los próximos meses.
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