Sábado, 14 de marzo.- El Ministerio de Agua confirmó que los bolivianos tenemos agua para unos 50 años y aseguró que ello dependerá de la conciencia que asumamos porque en los últimos años se ha observado un alto grado de contaminación de los recursos hídricos, según un estudio revelado hace un par de semanas.
También se indica que en el caso del sistema de las cuencas de los nevados del Tuni Condoriri, se ha perdido el 39 por ciento de su cobertura glaciar desde 1983, calculando que se derretirá completamente entre los años 2020 y 2045.
“ESTRéS HÌDRICO”
A consecuencia de este tema, investigadores del PNUD advirtieron que las ciudades de El Alto y una parte de La Paz ingresarán en un periodo de “estrés hídrico”, es decir que habrá una gran demanda de agua que superará la oferta del líquido vital.
Como ejemplo, en la ciudad de La Paz el 25% del agua potabilizada es derrochada lamentablemente por el mal uso; en El Alto, esta cantidad sube a 40%. Estas dramáticas cifras pueden disminuir si se promovieran campañas de educación urbana y el cambio de malos hábitos en la población.
El impacto del descongelamiento de los nevados que hace un caudal de agua derretida, se va en un 90% directamente a los ríos y no tiene ningún uso o virtualmente se va a otros países.
DERROCHE DE AGUA
El incesante crecimiento demográfico urbano ha hecho que el acceso a los recursos naturales en zonas urbanas esté en riesgo y se haya convertido en una de las principales demandas de la población; en consecuencia, es una tarea prioritaria para sus representantes locales. El agua tiene un lugar protagónico dentro de los recursos naturales que requieren regulación de políticas que promuevan su gestión ambientalmente sustentable. Éste es un hecho que impacta actualmente la agenda local -y se convierte en uno de los temas centrales del desarrollo sustentable urbano para el futuro- en la medida que el acceso y calidad de los recursos naturales y servicios ambientales decae gradualmente, si no se da el involucramiento de los usuarios y la inversión pública y privada en su manejo adecuado.
El manejo del agua a nivel urbano implica diversos factores y problemáticas que deben ser analizados en profundidad. Uno de ellos es que el uso de agua en pequeñas, medianas y grandes ciudades tiene un origen y destino rural, en la gran mayoría de los casos. Para que se desarrolle un manejo integrado del agua es crucial hacer uso de ella con eficiencia, hacer tratamiento de aguas servidas y estimular el compromiso ciudadano. En este escenario, las buenas prácticas agrícolas y la limpieza de las aguas se tornan relevantes desde el punto de vista técnico-económico y como factor de fortaleza social y acción colectiva inteligente.
El Diario
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