ÁNGEL MAESTRO
La China comunista es el país más poblado del mundo y también el que más penas de muerte aplica sin que las ONG solidarias ni la ONU chisten contra el Gobierno de Pekín. Dos de los últimos ejecutados han sido dos espías al servicio de Taiwán que vendieron secretos sobre los misiles construidos por China. Se trata de los espías mejor pagados de la historia, aunque no han podido disfrutar de su dinero.
El gobierno de la República Popular China ha confirmado el enjuiciamiento y posterior ejecución de dos ciudadanos chinos que trabajaban para los servicios de inteligencia de la República de China (Taiwán). A cambio de los secretos tecnológicos entregados a Taipei, podían haber recibido 40 millones de dólares.
Fuentes de toda solvencia a las que ha tenido acceso este medio informativo han confirmado que Wo Weihan fue ejecutado hace unos días por ser de filtrar datos confidenciales relativos a los misiles estratégicos chinos a los servicios de información de Taiwán. El asunto, posiblemente el de mayor importancia en los últimos años, es de tal envergadura que fuentes oficiales chinas reconocen que ha provocado una “pérdida extraordinaria para la seguridad nacional”.
Aunque desde el acceso al poder del partido Kuomintang y del presidente Ma en las últimas elecciones presidenciales y legislativas celebradas en Taiwán se ha producido una muy sensible mejora de las relaciones entre China continental y la isla, el asunto hecho público a mediados de diciembre de 2008, corresponde a la situación de tensión vivida entre ambas partes del estrecho de Taiwán durante el mandato del ex presidente Chen Sui- bian. Éste, con su política abiertamente independentista, elevó la tensión hasta cerca de un conflicto bélico. A finales del año 2007, según estimaciones taiwanesas, casi mil misiles chinos desplegados en zonas costeras del continente amenazaban la isla y se habrían disparado si se hubiese llevado a sus últimas consecuencias la política de Chen Shui- bian.
El reclutamiento
Wo Weihan, ciudadano y hombre de negocios chino de 60 años de edad, fue reclutado por los servicios de inteligencia de Taiwán en Alemania en 1989, cuando realizaba sus estudios de doctorado en Munich con cargo a las ayudas a la investigación del gobierno chino. Desde antiguo ha existido relación para el desarrollo de estudios avanzados entre China y Alemania, así uno de los máximos dirigentes chinos, Luo Gang, miembro del más alto organismo, el Comité Permanente del Politburó hasta su jubilación con ocasión del XVII Congreso del Partido, cursó sus estudios de ingeniería superior en la República Democrática Alemana.
Wo fue contactado en Munich por los servicios de inteligencia taiwaneses quienes se apuntaron un buen tanto al reclutar a una fuente de información muy prometedora. Wo no regresó a China para continuar su labor de investigación después de obtener su titulación. Desde el extranjero empezó a desarrollar sus actividades económicas en China continental, y a recabar y obtener información confidencial y secreta relativa a asuntos políticos, económicos y militares bajo la cobertura de un empresario que desarrollaba sus actividades entre Europa y China.
Desde comienzos de los años 90 hasta principios del siglo XXI, Wo obtuvo secretos militares chinos con la ayuda financiera de los servicios de inteligencia de Taiwán, incluyendo información valiosa sobre los equipos de combate nocturno tanto del Ejército de Tierra como de la Armada y de la Fuerza Aérea china. Empleó como medio su cargo de director científico de la Compañía de Tecnología Biológica Wohua, con sede en Pekín.
Un segundo espía
Los eficaces servicios de contraespionaje chinos, tanto del Ministerio para la Seguridad del Estado como el 3er. Departamento del Ejército de Liberación Popular (ELP) descubrieron a otro importante agente ligado a Wo. Se trataba de Guo Wanjung, de 66 años de edad, experto en tecnología de cohetes quien trabajaba en el diseño de misiles estratégicos del ELP. Guo, quien también fue detenido y acusado de filtrar secretos militares a potencias extranjeras, fue ejecutado al igual que Wo en los últimos días de noviembre.
Wo contactó con Guo a principios de los 90 y los servicios de inteligencia de Taiwán comprendieron la importancia de su reclutamiento. El móvil fueron sustanciosas retribuciones económicas. Guo, conociendo ya las actividades de Wo, comenzó a suministrar información de extraordinario valor sobre los misiles estratégicos que amenazaban a Taiwán. Las entregas de la información se realizaban en Europa y un oficial de alto rango del aparato de seguridad taiwanés se encargaba del control de los dos expertos chinos.
Entre los receptores de las remesas de datos figuran la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Defensa (DEA), ambas de los Estados Unidos, que estaban sumamente interesadas en los misiles chinos dados sus continuos avances en la tecnología misilística.
40 millones de dólares
Guo Wannjun entregó a los servicios de información de Taiwán siete proyectos misilísticos de la última tecnología china, y considerados por los especialistas chinos como secreto militar de la máxima confidencialidad, por lo que se ha reconocido el perjuicio causado a la seguridad nacional. La información facilitada era de un nivel tan elevado que Wo confesó que los órganos de inteligencia de Taiwán formaron una unidad de análisis especial para la información secreta proporcionada.
También los servicios de contraespionaje chino, que se apuntaron un considerable éxito al descubrir tan importantes filtraciones, consideran que las cantidades de dinero recibidas por Wo Wihan y Guo Wanjung pueden haber ascendido desde 1989 hasta su detención en la primera década del siglo XXI a 40 millones de dólares. Esta cifra rebasaría con mucho la del espía soviético y luego ruso, el directivo de la CIA Aldrich Ames, quien recibió del KGB, y tras el desplome de la Unión Soviética, del SVR, y hasta que fue descubierto, unos tres millones de dólares.
Enlace para Aldrich Ames: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/news/newsid_1181000/1181272.stm
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