Los imponentes Andes, la columna vertebral de nuestra geografía, tienen en sus cumbres unos gigantes de hielo que están sufriendo los embates del calentamiento global. Gino Casassa, montañista y glaciólogo del Centro de Estudios Científicos, CECS, explica los impactos del derretimiento de los hielos eternos y como sus entrañas guardan los secretos del clima de hace miles de años.
Sabemos que los glaciares se están derritiendo, ¿podría darnos algún dato que nos ayude a dimensionar la magnitud de este fenómeno en Chile?
Este país concentra aproximadamente el 75% de los glaciares del continente sudamericano y su retroceso ha sido en muchos casos notable, con una aceleración en los últimos años. Podemos mencionar el adelgazamiento de 30 metros/año en glaciar HPS 12 que cae al fiordo Falcon en Campo de Hielo Sur y un retroceso de 15 km del Glaciar O’Higgins, también en Campo de Hielo Sur, durante el último siglo.
En cuanto a las consecuencias del derretimiento de los hielos cordilleranos, Casassa señala que los pequeños glaciares de montaña, menores a un par de kilómetros cuadrados, son los más sensibles y ya están desapareciendo, tal como ocurrió con el Glaciar Chacatlaya en Bolivia, por ejemplo. Los glaciares mayores perdurarán más tiempo, pero a la larga, si continúa el calentamiento, también ellos se verán severamente afectados.
También se afectarán los recursos hídricos, comenta el glaciólogo, “al principio del derretimiento predominarán mayores caudales de agua de cuencas glaciares, pero a medida que se supera un umbral crítico de disminución del área del glaciar, el agua comienza a mermar hasta que se alcanza un aporte glaciar cero. Esto es preocupante, sobretodo en la zona central de Chile donde hay un uso intensivo de recursos hídricos con una demanda cada vez mayor”.
Y el mar no está a salvo del impacto del derretimiento. “Actualmente sabemos que el nivel del mar está aumentando a razón de 3.1 milímetros cada año, debido en gran parte al derretimiento de los glaciares, con proyecciones de un aumento mucho mayor a futuro”, puntualiza Casassa.
¿Es cierto que algunas ciudades serían inundadas por el mar, podría pasar esto en Chile?
Los sectores costeros más bajos son los más críticos. Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC, el nivel del mar podría ascender entre 20 cm y 60 cm en los próximos 100 años. Sin embargo, estos escenarios no contemplan el potencial colapso de sectores importantes de Antártica y Groenlandia, que podrían fácilmente llevar a que el aumento del nivel del mar supere 1 metro durante el próximo siglo.
En estudios recientes, en los que colaboraron el CECS, la NASA y la Armada de Chile, se determinó que en los glaciares del Mar de Amundsen (Antártica Occidental), ya está ocurriendo una disminución importante del hielo que probablemente es un primer signo de inestabilidad. Es preciso estudiar en detalle la estabilidad de estos hielos continentales y asimismo de los glaciares de montaña para poder predecir el ascenso del nivel del mar.
testigos de hielo, termómetros del planeta
Es posible conocer las condiciones climáticas del pasado extrayendo testigos de hielo, esto es trozos de agua congelada de las profundidades glaciares, que guardan las características de épocas pasadas. Gino Casassa explica que
“Los glaciares preservan capas de nieve que han sido transformadas a hielo a través de procesos de compactación y metamorfismo. Si las temperaturas son lo suficientemente bajas y no hay presencia relevante de agua, las señales físicas, químicas y biológicas del hielo nos dan información muy detallada del clima del pasado.
Existe una diversidad de parámetros que se pueden medir, incluyendo, por ejemplo, los isótopos estables de hidrógeno (deuterio) y oxígeno, que actúan como paleo-termómetros; la composición del aire que respiraban nuestros antepasados, e incluso residuos de plomo de las antiguas actividades mineras del imperio romano.
Estos antecedentes indican que la Tierra ha experimentado cambios abruptos debido a causas naturales, y también confirman que actualmente, debido a la influencia antropogénica, tenemos los mayores niveles atmosféricos de gases invernadero del último millón de años.
GLACIAR: Masa de hielo acumulada en las cordilleras que se desliza muy lentamente por su propio peso, como si fuese un río de hielo.
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