Islas de calor ahogan a la ciudad

EDITH MARTÍNEZ edith.martinez@eluniversal.com.mx
El Universal

La proliferación de construcciones —y ahora el cambio climático— hicieron que el clima en el DF se hiciera cuatro grados centígrados más cálido en un siglo

Amanece, transcurren las primeras horas del día y en el centro de la ciudad ya se siente calor. A medida que uno se aleja, disminuye la sensación de los rayos del sol que caen como plomo y queman la piel. Este fenómeno tiene un nombre: islas de calor.

Según el Centro de Estudios de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las islas de calor son causadas por los procesos de urbanización.

La especialista en clima urbano de esta institución, Elda Luyando, explicó que materiales como el concreto, asfalto y cristales son absorbedores de calor “por excelencia”, por lo que lo almacenan durante el día y en la noche lo liberan poco a poco.

Esto provoca que la temperatura de la urbe sea mayor hasta por ocho grados centígrados a la de las zonas rurales, o donde existen áreas verdes y árboles, que son disipadores de calor.

El aumento de la temperatura también provocó que las heladas que llegaban a registrarse en el centro de la ciudad desaparecieran.

El fenómeno que se presenta sólo en temporadas secas y de cielos despejados, como en el invierno y la primavera, culmina al amanecer, cuando los contrastes térmicos son mayores.

A medida que pasan las horas y se inicia el calentamiento solar de la superficie urbana, el aire de la ciudad y de los alrededores se mezcla, aunque el contraste del clima continúa.

Elda Luyando consideró que las islas de calor son un reflejo del deterioro ambiental que padece la Zona Metropolitana del Valle de México y debieran entenderse como “una llamada de atención”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada persona en el planeta debe tener 10 metros cuadrados de áreas verdes; sin embargo, en México el promedio es de tan sólo 2.5 metros cuadrados por habitante.

Esto demuestra la carencia “enorme” que se tiene de zonas arboladas, pues su falta provoca que la intensidad de los rayos solares sea mayor.

La investigadora del Centro de Estudios de la Atmósfera consideró que las obras que realiza el gobierno de la ciudad favorecen que el radio de la isla se amplíe, como sucedió en los últimos 20 años, cuando dejó de ocupar el primer cuadro de la ciudad para crecer hacia el norte.

Las delegaciones más afectadas por este fenómeno son Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, al igual que los municipios de Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Ecatepec y Tultepec, en el estado de México.

La Secretaría de Medio Ambiente (SMA) local coincide con la idea de que el proceso de urbanización produjo cambios en la temperatura del valle de México, mismo que ahora es casi dos grados centígrados más caliente de lo que era a mediados de los años 70, y cuatro grados con respecto al siglo pasado.

Por su parte, la UNAM establece que el aire de la ciudad de México se ha calentado, sobre todo desde mediados del siglo pasado, debido a la urbanización y al cambio climático global. Así, la temperatura media anual, que a principios del siglo XX era de 14.5 grados centígrados, subió a 16 en la actualidad.

El director de Cambio Climático de la Secretaría Medio Ambiente capitalino, Óscar Vázquez, señaló que la variación de la temperatura en el Distrito Federal se debe esencialmente al proceso de urbanización, responsable del aumento de tres grados centígrados, y sólo un grado consecuencia del calentamiento global.

Las islas de calor también están relacionadas con enfermedades gastrointestinales pues el aumento de la temperatura provoca la rápida descomposición de los alimentos.

Por ello, los grupos más vulnerables, como niños y adultos mayores, deben extremar precauciones.

El secretario de Salud local, Armando Ahued, señaló que se necesita extremar las medidas higiénicas porque es muy fácil que la comida se eche a perder en esta temporada y se generen focos de infección.

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