Astrid Barnet
Colaboradora de Radio Rebelde
6 de Abril de 2009, 11:54 am.
La Habana, Cuba.- La Tierra se ha calentado durante los últimos 100 años 0,74 grados centígrados, y en las próximas décadas lo seguirá haciendo, a un ritmo de 0,2 grados por década. Las temperaturas del Ártico se han incrementado el doble que la media global. Las sequías aumentan en África y el Mediterráneo. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es la más alta de los últimos 650 000 años...
Estas, ya no son advertencias lanzadas de forma aislada por grupos ecologistas. Lo dice el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC en sus siglas en inglés), en un reciente informe sobre la situación de la Tierra, que no puede ser más alarmista. La culpa es de los hombres, y muchas de sus consecuencias son ya irreversibles.
En su informe de 2001, los científicos concluyeron que era "probable" que las actividades humanas estuvieran provocando daños al planeta, con una probabilidad de entre el 66 y el 90%. Ahora, ese rango se incrementa hasta más del 90%, debido a que los expertos concluyen que las emisiones de gases de efecto invernadero tienen una consecuencia directa e irreversible sobre la superficie del Planeta.
"Este informe cierra la puerta a todos los que negaban la existencia del cambio climático, y cierra la duda que teníamos de si las actividades humanas estaban relacionadas con él", expresó recientemente a medios de prensa Achim Steiner, director del Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas.
Estudio recientes identifican evidencias de que el cambio climático es un hecho palpable, que afecta los regímenes de vientos, las precipitaciones, la salinidad de los océanos, las capas de hielo y los fenómenos climáticos extremos. Por ejemplo: las temperaturas del Ártico se han incrementado el doble que la media global; el hielo en esa región ha decrecido un 3% cada década; el deshielo de los glaciares de Groenlandia y la Antártida han propiciado un aumento del nivel del mar de 0,41 milímetros por año entre 1993 y 2003. Y eso sólo en lo referente a los continentes helados.
La elevación de las temperaturas también ha propiciado graves sequías, especialmente en África, en los países del Mediterráneo --España entre ellos-- y al sur de Asia; aunque por el contrario han aumentado las precipitaciones en las zonas más orientales del norte y sur de América, el norte de Europa y el norte y el centro de Asia. Además, los científicos han constatado que las sequías han sido más largas e intensas desde 1970 en los trópicos, y que se han intensificado las inundaciones, las olas de calor y los ciclones tropicales.
¿Y quién es el culpable de casi todos los males que sufre el Planeta? Pues la conclusión es rotunda: el hombre.
Un informe del IPCC atribuye a la actividad humana la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero, provocados por la quema de combustibles fósiles, por la agricultura y por los cambios frecuentes en la utilización de suelos agrícolas. “La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera es la más alta de los últimos 650 000 años, y un 35% más alta que antes de la revolución industrial del siglo XVIII, ha señalado IPCC, además de plantear acerca del aumento de la temperatura que sufrirá la Tierra en los próximos años, “que se calcula esté entre uno y 6,3 grados centígrados durante el presente siglo, dependiendo de la cantidad de gases de efecto invernadero que se emita hacia la atmósfera.
El cambio climático también implica efectos devastadores contra la fauna y la flora del Planeta. Según el informe de IPCC, el 30% de las especies del Planeta estará en grave riesgo de extinción si las temperaturas suben este siglo en torno a dos grados centígrados, como es muy probable. Y no sólo las especies animales estarán afectadas seriamente. Las consecuencias del cambio climático serán evidentes en la salud (aparición de nuevas enfermedades), la poca o ninguna disponibilidad de agua dulce y escasez de cosechas, entre otras.
El incremento de la temperatura ha tenido ya un fuerte efecto en el planeta, y este invierno ha sido notable en buena parte del mundo: plantas que despiertan del invierno antes o mantienen las hojas más tiempo; especies de aves que han variado sus períodos de migración o cría; animales que alteran sus biorritmos y prescinden de la hibernación; cambios de pelaje y metabolismo en muchas especies y alteraciones de comunidades marinas debido al aumento de la temperatura del agua o cambios en la salinidad y las corrientes, entre otros.
Científicos advierten que si durante el presente siglo el calentamiento llegara a superar en dos grados centígrados la media de los años 90, el impacto será tremendamente negativo en todo el orbe, y catastrófico en las zonas costeras y en muchas islas. Esos dos grados se alcanzarán con una concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera del doble del nivel de la Era preindustrial.
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