miércoles, 21 de enero de 2009

Fenómenos naturales destruyeron civilización más antigua de América

Científicos advierten que actualmente algunas ciudades pueden correr la misma suerte como consecuencia del cambio climático.

La civilización más antigua de América pudo haber desaparecido, hace casi 3.600 años en el valle de Supe en Perú, como consecuencia de una serie de terremotos e inundaciones que terminaron por enterrar bajo la arena las tierras y bahías fértiles. Esta es la conclusión que se desprende de un informe elaborado por un grupo de antropólogos, geólogos y arqueólogos estadounidenses y peruanos que se publicará la semana próxima en la revista científica “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS), reveló EFE.

Esta sociedad, tan antigua como las de Mesopotamia y Egipto, floreció durante 2.000 años. Los primeros asentamientos del valle, a unos 200 kilómetros al norte de Lima en la costa central peruana, datan de hasta hace 5.800 años.

Inclemencia natural

A pesar de los avances emprendidos por esta cultura, la naturaleza quiso que su destino fuese otro. Fue así como hace unos 3.600 años un gran terremoto de ocho o más grados en la escala de Richter sacudió la Pirámide Mayor de Caral (una de las más importantes) y Aspero, otro asentamiento costero cercano, afirma el antropólogo de la Universidad de Florida y uno de los cinco autores del estudio, Mike Moseley.

El fuerte temblor causó el derrumbe de parte de la Pirámide Mayor y graves daños a otros templos más pequeños en Aspero, así como inundaciones que pudieron ser detectadas por los científicos en las finas capas de cieno excavadas. Pero esto no fue más que el principio de una cadena de sucesos devastadores, aclara Moseley.

De acuerdo al científico, el terremoto y varias réplicas desestabilizaron la estéril cadena montañosa que rodeaba el valle y provocaron aludes de rocas y tierra que fueron arrastradas hacia el mar por las fuertes lluvias desencadenadas por el fenómeno meteorológico de “El Niño”.

Además, una potente corriente oceánica, paralela a la costa, acumuló la arena y el cieno, formando una cadena conocida como “Medio Mundo” que aisló a las fértiles bahías que al final, terminaron llenándose de arena.

Asimismo, los fuertes vientos costeros cubrieron también de arena los sistemas de irrigación y los campos dedicados a la agricultura. Al final, “lo que durante siglos fue una región productiva aunque árida se convirtió en inhabitable en unas pocas generaciones”, concluye Moseley.

Para los científicos, el trágico destino de Supe puede servir hoy día como advertencia, ya que gran parte de los centros de población están construidos en zonas vulnerables desde el punto de vista medioambiental, caracterizadas por lluvias intensas y períodos muy húmedos.

Miles de años antes que los mayas

Los antiguos habitantes prosperaron en la árida planicie al lado de los fértiles estuarios y bahías de la zona de Supe, a 200 kilómetros al norte de la capital peruana. Sus principales actividades eran la pesca con redes, el cuidado de sus huertos y el cultivo de algodón y verduras. De acuerdo a los registros arqueológicos, construyeron grandes templos de piedra miles de años antes que los mayas, siendo la principal la Pirámide Mayor de Caral. Los fenómenos climáticos y naturales terminaron por marchitar esta civilización que, finalmente desapareció para ser sustituida de forma gradual por sociedades que dependían de la alfarería y la fabricación de tejidos para su subsistencia.

http://www.lanacion.com.py/noticias-225433.htm

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