Una ola de calor es un clima inusualmente elevado y húmedo durante un extenso tiempo. Para que sea una ola de calor, al menos debe durar un día, aunque puede durar varios días e incluso semanas. Una alerta emitida por una ola de calor no suele generar la misma reacción en las personas que una alerta por huracán, terremoto o tornado. Sin embargo, aunque no son tan destructivas como otros eventos naturales, las olas de calor pueden llevarse las vidas de muchas personas y, de hecho, así sucede. Ataca a sus víctimas lentamente, sobre todo a la población más vulnerable.
En los Estados Unidos de América se han producido olas de calor mortales en la historia. En 1972, en Nueva York murieron 891 personas. En 1955, en Los Ángeles perdieron la vida 946 personas. La ola de calor más mortal que tuvo lugar en Chicago durante una semana fue en julio de 1995, cuando las temperaturas llegaron a los 40 grados centígrados. Más de 50.000 personas se quedaron sin suministro eléctrico, casi una docena de hospitales tuvieron que cerrar sus puertas a pacientes nuevos y las ambulancias se ponían en fila alrededor del centro para esperar su turno para descargar pacientes. Al parecer, murieron unas 739 personas esa semana.
El verano de 2003 en Europa marcó un récord en la historia, hasta ese momento, tanto por la intensidad de la ola de calor, como por su duración. Las consecuencias fueron dramáticas en los ecosistemas, en la población y en las infraestructuras. Algunos países como Francia, además, contabilizaron un elevado número de fallecidos como consecuencia del calor y de la falta de medios (aire acondicionados) para paliar las altas temperaturas. Murieron en Europa entre 22.000 y 35.000 personas.
La historia demuestra que las olas de calor son más mortales que los huracanes o los tornados, y los estudios han mostrado que los eventos climáticos extremos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
El calentamiento global está en marcha. Con temperaturas hasta un 30 por ciento más elevadas de lo habitual según la media, los modelos climáticos advierten que durante las próximas décadas, las temperaturas seguirán aumentando si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las zonas urbanas son más vulnerables al calor debido al asfalto y a que los tejados absorben más el calor que los paisajes naturales.
Planificar una ciudad adaptada al aumento de las temperaturas es la mejor idea que puede llevarse a cabo. Una arquitectura adaptada al medio puede reducir la mortalidad debido al calor.
Las ciudades pueden aportar refugios con aire acondicionado, reducir el asfalto, aumentar las zonas verdes, facilitar el transporte público, disminuir las retenciones de tráfico, pintar los tejados en blanco y crear jardines en los tejados…
Cuando se produce una ola de calor, exponerse al sol puede aumentar el índice de calor unos 9 grados centígrados.
Con una temperatura entre 26 y 32 grados centígrados. Con actividad física prolongada y/o exposición al sol de forma prolongada, puede sentirse cansado.
Con una temperatura entre 32 y 40 grados centígrados. Con actividad física prolongada y/o exposición al sol de forma prolongada, puede producirse un golpe de calor, calambres y agotamiento por calor.
Con un temperatura entre 40 y 54 grados centígrados. Con actividad física prolongada y/o exposición al sol de forma prolongada, es muy probable que se produzca un golpe de calor, calambres y agotamiento por calor.
Con un temperatura superior a 54 grados. Es muy probable que se produzca un golpe de calor si se expone al sol.
Efectos relacionados con el calor:
Quemaduras solares. Los rayos solares reducen la habilidad de la piel para liberar el calor en exceso que absorbe, por lo que el cuerpo está expuesto a otro tipo de efectos.
Calambres por calor. Hacer demasiado ejercicio físico cuando hace calor, puede provocar espasmos o calambres musculares. Suele suceder en los músculos del abdomen o de las piernas.
Agotamiento por calor. Se trata de un tipo de shock leve que se caracteriza por una sudoración profusa, debilidad, frío, pulso débil, mareo y vómitos. Suele manifestarse cuando se ha realizado actividad física intensa al sol o en un lugar húmedo y cálido. Si no se trata a la persona, puede empeorar y poner en riesgo la vida de la persona.
Golpe de calor. Un golpe de calor puede ser mortal. El termostato interno del cuerpo ha dejado de funcionar, por lo que su temperatura puede aumentar de forma considerable y peligrosa. La persona puede morir en menos de diez minutos. Es importante acudir a emergencias de inmediato.
¿Cómo actuar en estas circunstancias?
Calambres: poner a la persona en un lugar fresco. Mantener en una posición cómoda. Dar un vaso de agua fresca cada 15 minutos. No administrar alcohol ni bebidas que contengan cafeína, ya que empeoran el estado de la persona.
Agotamiento por calor. Retirar a la persona del calor y poner en un lugar fresco. Retirar toda vestimenta que pueda oprimir y poner ropa fresca. Si está consciente, dar un vaso de agua fresca para beber. Asegurarse que bebe despacio.
Golpe de calor. Esto es una situación de vida o muerte. Pida una ambulancia de inmediato. Desplace la persona a un lugar fresco. Evite que le de el sol. Sumergir en agua fresca o poner prendas húmedas. Abanicar o usar un ventilador para refrigerar.
Si la persona vomita o sufre algún cambio en su nivel de consciencia, no facilitar nada por la boca.
¿Qué hacer si se presenta una ola de calor?
* Evite hacer ejercicio físico intenso. Si no tiene más remedio, hágalo entre las 04:00 y las 07:00 horas.
* Quédese en lugares refrigerados. Si no tiene aire acondicionado, manténgase en la planta más baja, lejos del sol.
* Utilice prendas frescas, leves, de colores claros.
* Beba mucho agua y de forma regular, incluso si no tiene sed.
* Evite bebidas alcohólicas o que contengan cafeína. Incluso la cerveza deshidrata.
* No haga comidas copiosas. Intente hacer comidas leves y más a menudo. Evite comidas que contengan demasiada proteína.
Sequías.
Una sequía es un periodo de un clima inusualmente seco, lo suficientemente prolongado como para causar una escasez de agua que pueda afectar gravemente el equilibrio hidrológico de la región.
Los meteorólogos determinan el comienzo y finalización de una sequía monitorizando las variables meteorológicas e hidrológicas tales como los patrones de pluviosidad, la humedad del suelo y el flujo de agua.
http://www.alertatierra.com/noticias_olas_de_calor.htm
lunes, 26 de enero de 2009
Olas de Calor
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