Las olas de calor provocadas por el calentamiento global afectarán la sobrevivencia de los glaciares tropicales del mundo, que están en Sudamérica. Así lo pronostican dos investigadores de la Universidad Austral, que piden al Estado tomar ya las medidas necesarias para que el alto impacto sobre estas masas de hielo no sea irreversible.
Un promedio de 5 grados es lo que aumentará la temperatura hacia la zona norte de la cordillera de los Andes en Chile en los últimos 30 años de este siglo. Así lo confirman las proyecciones realizadas mediante el modelo de predicción climática Precis, efectuadas por investigadores del Núcleo Milenio Forecos, de la Universidad Austral.
Estudio de la UACh dice que 99% de ellos se encuentran en la cordillera de los Andes
Si bien la conclusión no es nueva -porque hace dos años una investigación de la Universidad de Chile anunció algo similar-, el estudio de la UACh muestra que el impacto sobre los glaciares nortinos será alto y, de no hacer algo pronto, irreversible. "Eso significa dejar a la población sin suministro de agua potable, para riego, hidroelectricidad o producción minera", asegura Rocío Urrutia, ingeniera forestal que lideró la investigación.
Según la proyección, la zona andina más perjudicada por el aumento de la temperatura será la región de la Cordillera Blanca, en Perú, que concentra un cuarto de los glaciares tropicales del mundo, donde la temperatura aumentará 6 grados (en el escenario más severo) hacia el año 2100, cifra no muy distinta a la proyectada para algunos sectores de los Andes del norte grande chileno.
En tanto, la zona amazónica de Brasil sería la más afectada de Sudamérica, pues podría sufrir un alza de hasta 7 grados en la temperatura.
El cambio en la intensidad de los vientos también impactará en el nivel de precipitaciones, lo que a su vez contribuirá al retroceso de los glaciares y al debilitamiento del invierno boliviano. Eso sin contar con que el aumento en la temperatura de la troposfera confirma que la denominada "zona cero" -punto en que los hielos cordilleranos comienzan a derretirse- será cada vez a mayor altura, "y toda esa precipitación que inicialmente caía como nieve va a caer como lluvia".
Por esta razón resguardar lo que queda de los glaciares chilenos, según Urrutia, es primordial. De partida, evitar que proyectos como Pascua Lama intensifiquen el daño a un ecosistema tan susceptible. "Viendo las actuales condiciones de clima y las que se van a enfrentar con estos calentamientos tan grandes, uno se pregunta qué va a pasar en el futuro. Sé que el glaciar que afecta Pascua Lama lo utilizan para riego, por eso creo que las políticas deberían estar enfocadas en evitar estos cambios irreversibles", sostiene.
Por eso, asegura, es muy importante educar y crear conciencia pública sobre un fenómeno que nadie puede calificar de normal.
"Nunca se había visto la rapidez del cambio de ahora, no en 100 años. Los anteriores fenómenos han tardado millones de años en cambiar el escenario climático "y esto, obviamente, está asociado a las emisiones causadas por el hombre. Este no puede ser el ritmo natural de un cambio climático, esto es parte de un aceleramiento por causa del hombre", subraya.
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