domingo, 6 de julio de 2008

AFGANISTÁN: Talibán gana en eficacia militar

Por Jim Lobe

WASHINGTON, 4 jul (IPS) - Murieron más soldados de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán en junio que en cualquier otro mes desde la expulsión del poder en ese país del movimiento islamista Talibán, hace seis años y medio.

De hecho, junio fue el segundo mes en que la cantidad de efectivos estadounidenses muertos se acercó al de los caídos en Iraq, como advirtieron esta semana los diarios The New York Times y The Washington Post.

En el caso iraquí, el envío de 30.000 efectivos adicionales el año pasado y el uso de métodos de contrainsurgencia más agresivas redujeron la violencia sectaria y los ataques contra fuerzas estadounidenses y aliadas.

Veintiocho efectivos estadounidenses murieron en junio en Afganistán, sólo uno menos que en Iraq, en tanto otros 18 soldados de países aliados de Washington perdieron la vida a manos de combatientes de Talibán.

El ejército británico, el segundo contingente en Afganistán, perdió 13 soldados, incluida la primera mujer militar muerta en la guerra.

Incluso el presidente estadounidense George W. Bush reconoció el miércoles que fue "un mes difícil" en Afganistán, aunque insistió en que el mayor número de víctimas también demuestra que las fuerzas de la coalición tomaban la ofensiva.

"Una de las razones por las cuales hay más muertes es porque nuestros efectivos luchan contra un enemigo fuerte, que no nos quiere allí porque no les gusta la idea de que Estados Unidos les quite su refugio", declaró Bush a la prensa.

Numerosos analistas atribuyen la mayor cantidad de muertos a que las fuerzas estadounidenses, británicas, canadienses y, en especial, holandesas, realizan ahora operaciones en la región oriental de Afganistán, donde antes las incursiones eran esporádicas.

Pero también consideran que hay una mayor actividad de Talibán y que emplean más tácticas poco convencionales, incluido el uso de dispositivos explosivos importados de la guerra de Iraq.

"Lo que indica es que la oposición (a la alianza internacional) es más efectiva", dijo el experto en Afganistán de la Universidad de Nueva York Barnett Rubin a The Washington Post.

Los efectivos "están presentes en más áreas, están mejor organizados, tienen más fondos y una estrategia más sostenible. En general, su situación estratégica mejoró".

Las fuerzas encabezadas por Estados Unidos en Afganistán llegaron en total llegaron a un máximo de 60.000 soldados, de los cuales la mitad pertenecen a sus aliados que operan bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Además de la elevada cantidad de efectivos muertos, el Talibán montó un atentado especialmente audaz contra el presidente afgano Hamid Karzai durante un desfile militar en Kabul a fines de abril.

Después, a mediados de junio, orquestó en Kandahar, segunda ciudad del país, la fuga de cientos de presos y mantuvo el control de siete aldeas de sus alrededores por un breve lapso.

El Departamento (ministerio) de Defensa estadounidense divulgó la semana pasada un informe pasada en que señala que Talibán efectivamente "se convirtió en una insurgencia con capacidad de recuperación" y que se ha propagado por zonas del país donde antes reinaba una paz relativa.

El documento es el primer análisis de la situación de Afganistán tras la invasión encabezada por Estados Unidos a fines de 2001.

El informe también considera probable que la violencia, la cual alcanzó ya niveles sin precedentes desde la expulsión de Talibán, aumente en la segunda mitad del año.

El comandante estadounidense en el este de Afganistán general Jeffrey Schloesser, declaró que los ataques en su sector aumentaron 40 por ciento en los primeros cinco meses de este año en comparación con igual periodo de 2007.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, afirmó el miércoles que estaba "muy preocupado" por la situación. Nadie considera que Talibán tenga la fuerza suficiente para liquidar al gobierno de Karzai, o derrotar, o incluso retar directamente, a las fuerzas de Estados Unidos o de la OTAN.

Pero el Pentágono recomienda desde hace meses el despacho de al menos 10.000 efectivos más a Afganistán para hacer frente al resurgimiento de la insurgencia.

El problema es de dónde sacar más soldados.

A fines de marzo, el presidente francés Nicolas Sarkozy anunció el envío de 1.000 efectivos más a Afganistán.

Por su parte, Alemania indicó la semana pasada que mandaría 1.000 soldados más a fines del otoño boreal, lo que elevaría su presencia en ese país a 4.500 efectivos. Pero Berlín impuso la condición de que sus soldados no pueden participar en combates.

El Pentágono, que sumó 3.000 infantes de marina a las fuerzas de Afganistán a principios de este año, tiene las manos atadas para enviar más efectivos porque Bush insiste en que nada puede poner en peligro la relativa estabilidad lograda en Iraq gracias a su estrategia de "surge" (embate).

Ello frustró a Gates y Mullen que esperaban disminuir en mayor cantidad los 140.000 efectivos que permanecerán en Iraq al término oficial de la estrategia de embate, el 1 de agosto, a fin de disponer de soldados para enviar a Afganistán.

"No es un secreto que deseo aumentar la cantidad de efectivos, de soldados estadounidenses, en Afganistán en cuanto me sea posible, ni que no estarán disponibles a menos que, o hasta que, la situación en Iraq nos lo permita", añadió Mullen.

Pero el apoyo popular al envío de más efectivos en los países que se suponen deben colaborar también es cada vez más incierto.

De hecho, una encuesta realizada en abril por el Proyecto de Actitudes Globales del centro de estudios Pew, con sede en Estados Unidos, antes de los dos meses sangrientos, mostró que una mayoría muy escasa de los encuestados en este país y en Gran Bretaña están a favor de "mantener efectivos en Afganistán hasta que la situación se estabilice", en contraste con la posibilidad de retirarlos.

Por otro lado, en países miembros de la OTAN como Alemania, España, Francia, Polonia y Turquía, entre 54 por ciento y 72 por ciento de los encuestados creen que Estados Unidos y la alianza militar deben retirar sus efectivos de Afganistán.

Sólo en Australia, que no es miembro de la OTAN pero que contribuye con efectivos en Afganistán e Iraq, una gran mayoría de encuestados, 60 por ciento, dijo preferir mantener soldados en esos países.

Pero hay especialistas que opinan que aun con más soldados, al menos en las cantidades consideradas necesarias por el Pentágono, no será posible mejorar el deterioro de la situación de Afganistán si no se atienden además otros factores clave.

Entre ellos mencionan la creciente percepción de que el gobierno de Karzai es corrupto e ineficaz, la falta de desarrollo y el continuo aumento del comercio de opio y heroína, que financia al Talibán.

Tan importante, si no más, es la seguridad que gozan los combatientes de Talibán en las Áreas Tribales Bajo Administración Federal (FATA) y en la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán, gran pare de las cuales están bajo control de los talibanes pakistaníes y de las fuerzas aliadas.

La relación entre Washington y el ejército pakistaní se deterioró, según versiones de prensa, en las últimas semanas a causa de la presión que Estados Unidos ejerce sobre Islamabad a fin de evitar el ingreso de talibanes a Pakistán.

Además del hecho de que el nuevo gobierno civil de Pakistán, aún con divisiones internas en asuntos clave, no parece estar preparado para lidiar con ese problema.

"No importa cuantos efectivos más se manden a Afganistán, no se podrá llegar a las causas de raíz del problema", del refugio del que gozan los talibanes en Pakistán, remarcó Rubin, especialista de la Universidad de Nueva York, en una entrevista televisada.

"No será posible resolver la situación en Afganistán a menos que la situación en Pakistán mejore sustancialmente", declaró el embajador retirado James Dobbins, enviado especial del gobierno de Bush a Afganistán durante y después de la invasión de 2001.

"La clave es que Estados Unidos, Europa y los otros países involucrados garanticen el control de la zona fronteriza", añadió, y apuntó que los pasos necesarios para hacerlo, que incluyen la inclusión práctica y legal de FATA al resto de Pakistán y un acuerdo de demarcación acerca de la controvertida frontera, no "se podrán darse pronto".(FIN/2008)

No hay comentarios: