martes, 15 de julio de 2008

Después de Irán, ¿Brasil en la mira?

14/07/08- Las acciones encubiertas y los aprontes bélicos de Estados Unidos e Israel contra el gobierno de Irán encierran más de un mensaje. Con la excusa de que a partir de su programa de enriquecimiento de uranio Irán puede llegar a desarrollar armas nucleares, el Pentágono y el servicio secreto israelí (Mossad) se estarían preparando para un ataque "preventivo" contra ese país de Medio Oriente.

Apoyados por el terrorismo mediático, como hicieron antes, durante y después de la invasión neocolonialista a Irak, la administración de George W. Bush y sus socios israelíes fabrican los pretextos para atacar a Irán, país sin armas nucleares, y monitoreado (vigilado) por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), de Naciones Unidas.

Los signos son evidentes y no se quedan en meras declaraciones. Según un informe de la revista The New Yorker difundido el 29 de junio en su edición de Internet, a finales de 2007 legisladores de Estados Unidos aprobaron fondos secretos para que las Fuerzas de Operaciones Especiales desarrollen acciones encubiertas en territorio iraní, con el objetivo de desestabilizar al gobierno surgido de la revolución islámica de 1979, y detener su programa nuclear.


A su vez, durante una entrevista con el Sunday Telegraph de Londres, el ex jefe del Mossad, Shavtai Shavit, advirtió que el primer ministro Ehud Olmert tiene un año para destruir las instalaciones nucleares iraníes, a riesgo de que Israel sea blanco de un ataque con armas atómicas por parte del gobierno de Teherán.

"El peor escenario dijo, es que Irán posea el arma nuclear de aquí a un año". Lo que queda, según Shavit, es la "opción militar".

El tema no es nuevo. Como antes Corea del Norte, ahora es el turno de Irán. ¿Y después, quién sigue?

Al respecto, conviene recordar que en 2004 Brasil fue presionado por Washington para que permitiera la inspección de su planta de enriquecimiento de uranio en Resende, Río de Janeiro. Para el gobierno de Bush, Brasil estaba en la antesala de la bomba atómica y quería que el país sudamericano firmara un nuevo protocolo adicional con la AIEA, autorrizando controles irrestrictos.

El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva adujo entonces que su programa nuclear era con fines pacíficos (igual que insiste ahora Irán), y que desde 1994 la AIEA monitoreaba el desarrollo de la tecnología brasileña de centrifugación. De paso, rechazó cualquier intención de hacer creer que Brasil estaba produciendo armas nucleares. La propia Constitución brasileña prohíbe el uso militar de la tecnología nuclear.

Según el ex ministro brasileño de Ciencia y Tecnología Roberto Amaral, detrás de la Agencia Internacional de Energía Atómica había (y hay) una "operación de lobby" de la industria estadounidense para "apropiarse" de la tecnología nuclear de Brasil e impedir que ingrese al exclusivo "club nuclear" integrado por una decena de países.

Amaral, quien tuvo que renunciar a raíz del incidente, acusó a Estados Unidos de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNPN) al no reducir su arsenal de armas atómicas, y afirmó que un país infractor no podía imponer condiciones a los demás.

A su vez, el canciller Celso Amorín señaló que Brasilia se reservaba el derecho a mantener sus "secretos tecnológicos" para el enriquecimiento de uranio de bajo tenor (5%), en sus plantas Angra I y II.

El gobierno de Lula, planteó Amorin, quería evitar que esa tecnología comercial brasileña, utilizada para la generación de electricidad, fuera robada por espías industriales.

En el caso iraní, en la coyuntura actual, la Casa Blanca repite el mismo patrón de conducta belicista esgrimido ante el sueco Hans Blix, antecesor del egipcio Mohamed El Baradei al frente de la AIEA, cuando fabricó la superchería de que Irak poseía armas de destrucción masiva.

En septiembre de 2007, cuando a partir de una bien montada campaña de propaganda, el tándem EU-Israel había logrado colocar a Irán en la mira, Lula da Silva apuntaló "la investigación nuclear pacífica" iraní y dijo que el gobierno de Teherán no podía ser castigado "bajo sospecha de desear construir una bomba atómica".

"De acuerdo con la guía de la AIEA Irán no ha cometido crimen alguno, y nadie puede ser juzgado de antemano", dijo Lula.

En marzo de 2008, en el marco del acelerado proceso de reingeniería militar del Pentágono en América Latina, Brasil selló sendos acuerdos nucleares y de defensa con Argentina, bajo la hipótesis de conflicto de que pudieran sufrir un ataque de Estados Unidos.

Según el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, en la base de los acuerdos con Argentina está "inhibir" a cualquier país que intente apoderarse de los recursos naturales de la región amazónica, en particular el agua, la biodiversidad y los hidrocarburos.

Washington no respondió públicamente al pacto nuclear entre ambos países, pero sigue de cerca la recién formada Unión de Naciones Sudamericana (Unasur) y la eventual creación de un Consejo de Defensa subregional.

Por Carlos Fazio (PL).
El autor es un reconocido articulista de la prensa mexicana.

http://www.glocalia.com/detalle_noticia.php?id=2008071408344022cb348b3bb079a8fc5047f974eeebd4

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