7 de julio de 2008
Información de Vicente Gálvez
Política y Gobierno
Hace tres meses Joe Rubio perdió la vida en la guerra contra Irak y se convirtió en el soldado número 4 mil en morir en ese conflicto, sin embargo, su historia ilustra muchas otras que se viven en “Mex-América” en busca del sueño americano.
Aunque pronto su nombre estará en el Memorial de Mission, Texas, para ser recordado por su comunidad, su historia ilustra muchas otras que se viven en "Mex-América", -14 ciudades fronterizas entre México y Estados Unidos- en busca del sueño americano.
Basta echar un vistazo a los muros del Memorial, está repleto de apellidos: González, Sánchez, Martínez. La gran mayoría mexicanos, que llegaron a los Estados Unidos por los mismos motivos que la familia Rubio.
Don Joe Rubio, padre del mexicano caído platica que en Estados Unidos "le pagan a uno mejor", trabajó para una compañía y los fines de semana se ponía a tocar, lo que le generaba más dividendos.
Joe Abraham, “Joe” como le decían era el menor de los nueve hijos del matrimonio Rubio, nacido como los demás en Reynosa, Tamaulipas, pero residió en los Estados Unidos, donde estudió e hizo su vida.
"Desde que entró en edad, en la casa llegaban papeles del Army, (Armada) pero se los tiraba, no quería que agarrara la carrera, pero a él le gustó mucho", narra el señor Rubio.
Joe quería beneficiarse de las reformas que el presidente Bush hizo, en el 2002, a las leyes de inmigración después de los ataques terroristas en la ciudad de Nueva York.
La Orden Ejecutiva 13269 del presidente Bush señala que "cualquier persona que sirva de manera activa y de manera honorable en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos es automáticamente elegible para la ciudadanía".
Edgar Rubio, su hermano, manifiesta que Joe decía que quería enlistarse porque iba a tener muchos beneficios para él y su familia, "quería su bienestar".
Con ese sueño Joe Rubio dejó a su esposa Jennifer y a su recién nacido Nikolai para incorporarse a la operación "Libertad Iraquí", de la cual no regresaría con vida.
La madre de Joe, Doña Macaria, expresa con dolor que, “lo traje nueve meses en mi vientre con muchos problemas, porque si no me cuidaba lo podría abortar. A mí no me da orgullo que se haya enlistado, pero ya está hecho y no hay para donde hacerse".
Según cifras del Congreso de los Estados Unidos en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se encuentran en servicio activo 37 mil ciudadanos extranjeros, de ellos se calcula que una tercera parte son mexicanos y las cifras van en aumento.
Abunda Edgar que lleva veinte años, más de la mitad de su vida viviendo en Estados Unidos, y que se siente del lugar, de Mission, Texas, y "mi hermano sentía lo mismo y viéndolo desde esa óptica él decía: yo quiero servir a mi patria, yo quiero servir a mi país, a pesar de que en ese momento no era ciudadano americano".
Joe obtendrá la ciudadanía de manera postmortem, otra concesión de la administración Bush, como la obtendrá también Alex González quien murió dos semanas después y como la obtuvieron otros residentes de Mission durante las operaciones "Escudo del Desierto" y "Tormenta del Desierto".
En su ciudad ahora son héroes, en sus familias, un triste recuerdo. Sin duda este no era su sueño americano.
"Era un buen hijo, yo les diría que no se enlistaran, eso es lo que yo le diría a mis nietos", agrega la señora Macaria.
Y por su parte el señor Joe extraña a su hijo, "era el último de mis hijos, aunque a todos los quiero pero lo extraño bastante".
"Mex-América" también es paradójica, si no, cómo entender esta contradicción de que los Estados Unidos por un lado intenta detener, a toda costa, la migración hacia su país y por el otro lado no tiene empacho en aceptar a ciudadanos de otros países para que luchen en sus guerras.
http://www.hechos.tv/12114.htm
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