martes, 1 de julio de 2008

El agua como arma de guerra

la crisis de oriente próximo Difícil reparto de los recursos hídricos

Los Altos del Golán, objeto de disputa entre Israel y Siria, no sólo es un punto geoestratégico sino que es sobre todo la principal fuente de abastecimiento de agua para una de las regiones más secas del planeta

Vicente Poveda / Jerusalén
Los Altos del Golán, sobre los que Israel y Siria negocian de nuevo después de ocho años de pausa, son doblemente estratégicos. Desde la disputada meseta se divisan tanto Damasco como la Alta Galilea, en Israel. Pero además, en el territorio se sitúa el nacimiento del Río Jordán, la principal fuente de abastecimiento de agua del Estado judío, además de los palestinos y Jordania.


La soberanía sobre el Golán, de apenas 1.150 kilómetros cuadrados de superficie, implica por lo tanto el control sobre un bien escaso en Oriente Próximo, que es motivo de décadas de disputas y, al mismo tiempo, una de las claves para alcanzar la paz. También la solución al conflicto entre Israelíes y palestinos depende en gran medida del control sobre los recursos hídricos en la que es una de las regiones más secas de todo el planeta.

Incluyendo el agua destinada a la industria y la agricultura, la ONU estima en unos mil metros cúbicos por persona y año el consumo mínimo que necesita un país para que su economía se desarrolle sostenidamente. Ante la escasez regional, Israel y Jordania están muy lejos de alcanzar ese límite, con 370 y 220 metros cúbicos respectivamente. En el caso de los palestinos apenas llega a 100 metros cúbicos per cápita.

El agua empezó a convertirse en un elemento en disputa ya en los años 50 y 60, cuando Israel construyó un acueducto que hasta hoy transporta el agua desde el Lago Tiberiades, el principal depósito de agua dulce de la región, hasta el sur del país. En 1964, la Liga Árabe contrapuso a dichas obras el plan de redirigir las fuentes del Jordán antes de que el agua llegue a Israel, lo que hubiera sido catastrófico para el Estado judío.

Sin embargo, la Guerra de los Seis Días de junio de 1967 truncó por completo dichos planes. En el ataque preventivo, Israel invadió los Altos del Golán, dando lugar a una ocupación que dura todavía hasta hoy y que es el tema central en las negociaciones entre el Estado judío y Siria, mantenidas indirectamente bajo mediación turca.

En 1967, el Israel ocupó Cisjordania, donde precisamente se encuentra también la mayor concentración de aguas subterráneas de la zona. Desde entonces, los palestinos ya no tienen permitido perforar nuevas fuentes para la extracción de agua y deben pedir autorización incluso para reparar las viejas bombas averiadas.

http://www.diariodecadiz.es/article/mundo/168609/agua/como/arma/guerra.html

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